Fuente Página 12.:
"Yo soy de la idea de que hay que hacer películas cueste lo que cueste, aunque tratando de llegar a la mayor cantidad de gente posible. Considero que el sistema carísimo que muchas veces se usa en nuestros países no debería existir, o debería existir sólo para aquellas apuestas ultracomerciales que tienen asegurado el funcionamiento económico. Aquí se hacen películas industriales donde no hay industria. Así que junto con mi equipo hemos cambiado la óptica, inspirándonos en el modelo del teatro. No me gusta mucho el teatro, en realidad. Pero sí admiro a los actores que hacen las obras por el gusto de hacerlas. Tienen claro que no van a ganar mucha plata y eso no los detiene. De ellos aprendí que si un arte tiene que pedir permiso a treinta burócratas o dos fundaciones para existir, se desvirtúa un poco. Y no somos los únicos que lo vemos así. Por lo menos en Chile hay cada vez más gente que se sale del modelo típico. No tienen una unidad desde lo visual, y a la vez comparten rasgos. Son películas más pequeñas, con menos “pornopobreza” y más narración, con mecanismos alternativos para conseguir fondos.
–Para muchos popes antipiratería, el cinéfilo digital que aparece en Velódromo es la encarnación de una pesadilla. Baja archivos, los comparte con sus amigos y cree que tiene derecho a que nadie se lo impida. Uno no puede dejar de preguntarle qué opina usted de aquellos colegas que reclaman en contra de las descargas con el argumento de que quieren “vivir de lo que hacen”.
–Bueno, es que yo no puedo meterme en la vida familiar de las personas. Si tú quieres mantener a tu mamá o a tus hijos haciendo películas, yo no te puedo juzgar. Es un tema privado que no deberíamos mezclar con el cine. Desde luego, soy de la idea de que si perteneces al uno por ciento de la población que puede dedicarse exclusivamente a lo que le gusta, debes ir a misa los domingos (risas). Acabo de llegar de Nashville, una ciudad repleta de cantautores. De ellos, sólo cuatro viven bien del arte y el resto reparte pizza, limpia baños o va a la oficina. No por eso se deprimen ni se privan de presentarse en los bares para que la gente los escuche. Todo el mundo quisiera vivir del arte. Pero creer que uno tiene más derecho a eso que los demás es de una arrogancia tremenda; y si finalmente existe Dios te va a castigar, y cuando te mueras no te va a dejar ir más al cine. Así que vuelvo al teatro: los actores la tienen más clara que los cineastas. No se les cae la cara si tienen que trabajar de otra cosa. Saben que es así. Eso no implica que uno no quiera ser reconocido. La autoría debe reconocérseme, y si alguien está haciendo millones con mi película sería justo que a mí me corresponda algo de ganancia, ¿no?"
En el diario La Nación dejaron una buena crítica de la película Velódromo.
En Cinépata pueden descargar varias películas en Creative Commons y también la anterior película de Alberto Fuguet :
Se Arrienda.
También la película de Ezequiel Acuña "Como un avión estrellado"
Y varias más, dense una vuelta por Cinépata a ver que encuentran!!!.
En realidad intenté descargar algo y me dice que demora unos 10 días!!!
Y si demora mucho usen el buscador de videos para encontrar alternativas.
Del blog de Alberto Fuguet
"¿Por qué descarga películas tu protagonista?
El es un personaje de unos 35 años, que bien puede ser la continuación de Gastón Fernández, el protagonista de Se arrienda, mi anterior filme. Es un tipo que no le pide mucho a la vida. Su bicicleta es su mejor amiga. La utiliza como medio de transporte, pero también como forma de conectarse consigo mismo y con la ciudad. No le interesa probarle nada a nadie. Al revés, no quiere ser como los demás."
"Cuando a fines de 2008 Alberto Fuguet perdió por tercera vez consecutiva su postulación al Fondo Audiovisual para financiar su película Perdido, entendió que hay un tipo de cine donde él no encaja. “Es esa forma hollywoodense de trabajar en Latinoamérica que requiere grandes apoyos y que a mi juicio no es muy viable. Uno no puede andar esperando a que lleguen los fondos y, además, lidiar con logística, dineros y compromisos especiales. Soy un artista y me gusta hacer las películas de la misma forma en que escribo mis libros. Es decir, en el momento en que se me viene la idea a la cabeza”, explica Fuguet, que en estos días se encuentra haciendo clases y rodando un cortometraje en la ciudad estadounidense de Nashville (Tennessee).
La imposibilidad de encontrar recursos económicos estatales para realizar Perdido (que se basaba en el libro El empampado Riquelme, de Francisco Mouat), fue la experiencia que catalizó el nuevo tipo de cine que se acomoda al estilo de Fuguet: trabajando entre amigos, al ritmo de las emociones, sin demasiado papeleo. “La idea es que hacer una película no se transforme en una experiencia terrorífica, con líos, papeleos, formularios y una burocracia digna de Kafka”, apunta."
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