viernes, 17 de septiembre de 2010

Declaración de los derechos del lector

En otra entrada habíamos dejado algunas recomendaciones a la hora de comprar un e-reader.

Ahora en el blog "Libros en la Nube"encontramos una Declaración del Lector:

Entre otras cosas encontramos:

  1. Derecho a bajar los libros al dispositivo.

    Pregúntese qué sucedería con su biblioteca si la empresa a la que le compra sus libros resulta alcanzada por un meteorito. ¿Puede guardar copias de sus libros? ¿Puede hacer un back-up de su biblioteca? ¿Puede seguir leyéndolos si la empresa proveedora cambia de dirección, de formatos o de dispositivos? ¿Los puede arrastrar al Dropbox o colocarlos en una lugar seguro y secreto?

    (Kobo asegura que todo esto se puede hacer con sus ebooks).

  2. Derecho a subir libros en el dispositivo.

    ¿Puede añadir sus propios documentos, epubs, pdfs y de todo un poco a su biblioteca de libros comprados? Su biblioteca digital no debería limitarse a los títulos comprados a un solo proveedor. Es tan absurdo como amueblar la casa con una estantería para los libros comprados en el aeropuerto, otra para los comprados en las librerías independientes; es tan estrambótico como encadenar un libro a una estantería o solo estar autorizado a leerlo en una habitación en particular. Usted debe tener derecho a agregar contenidos no encriptados, libres de DRM a su biblioteca. Sería todavía mejor si pudiera agregar a su biblioteca libros encriptados con el DRM de cualquier proveedor.

    (Kobo asegura estar trabajando en ello, aunque de momento es el más permisivo de los ereaders. Hay que tener en cuenta que con un Kindle no se puede acceder al material que prestan las bibliotecas públicas, por ejemplo).

  3. Derecho a conservar su biblioteca

    Si el dispositivo en el que guarda sus libros resultara dañado por el fuego, mordido y masticado por su perro (o cualquier otro accidente que lo inutilizara), ¿puede recobrar los ebooks por los que ya ha pagado? ¿O tendrá que comprarlos nuevamente? La biblioteca debe estar a su alcance de manera inmediata.

    (Kobo asegura que aunque a uno se le caiga el dispositivo al fondo de un lago, los ebooks reaparecen como por arte de magia en otro. Esto de la magia no me gustó, porque es pura tecnología que deberían explicar).

  4. Derecho a la libertad de movimiento.

    Si aparece un dispositivo nuevo, mejor, más liviano, más colorido, más elegante, ¿puede transportar toda su biblioteca allí? ¿O si guardaba su biblioteca en un dispositivo que le dieron en el trabajo y luego debe devolverlo?

    (El lema de Kobo es "Ningún libro abandonado", que se hace eco de la campaña "Ningún niño abandonado". Y agrega: salte del iPhone a la Blackberry, del Sony ereader al Nook o al Kobo, de la tableta Android al iPad o a la netbook de saldo que compró en una feria americana).

    DRM solo cuando es necesario, pero no innecesarios DRM.

    Si el DRM es obligatorio, usarlo. Pero no encriptar con DRM todo por ser incapaces de pensar en algo mejor.

    (Cuando el editor nos pide DRM, lo ponemos. Pero algunas ocasiones felices, nos dicen: "Deja mis libros libres. Sin DRM. Déjalo ir". Y entonces no lo encriptamos)


Kobo pide que a este primer borrador de los derechos del lector digital, los mismos lectores añadan lo que es de su cosecha, de manera de crear conciencia acerca de estos nuevos objetos que han entrado en nuestra vida.

Y hace una serie de afirmaciones y preguntas que algunos juzgarán impertinentes:
  • ¿Saben los lectores digitales que el lugar donde compran sus libros importa más de lo que creen?

  • ¿Saben cuál es el DRM usado por su proveedor?

  • ¿Saben los lectores cuáles son sus derechos y qué piensa su proveedor acerca de ellos?

  • ¿Comparte esa visión de sus derechos con el proveedor?

  • Y sí, reconoce que el DRM de Adobe es muy poco amigable, además de un formato propietario, pero que a pesar de todas sus desventajas es lo mejor porque es compatible con muchos dispositivos. Y lo más importante: nos recuerda que, una vez bajado de Internet, uno puede poner el libro donde quiera.

Kobo no es elegante, pero tiene algunas ideas buenas.

La Declaración de los derechos del lector en Kobo, en inglés..




Un comentario sobre el ítem 3:

"Kobo asegura que aunque a uno se le caiga el dispositivo al fondo de un lago, los ebooks reaparecen como por arte de magia en otro."

Si los ebooks pueden reaparecer como por arte de magia uno podría llegar a pensar que también pueden desaparecer como ya hizo Amazon con el Kindle...

De todas maneras sería interesante que vayamos pensando en nuestros derechos si adquirimos un e-ereaders.



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