sábado, 4 de septiembre de 2010

Los procesos de apropiación privada de la vida y el conocimiento

Copio este texto de Beatriz Busaniche ya que es una posible idea de la convergencia de intereses y de luchas que se estan dando en nuestros paises.

Por Beatriz Busaniche


Hacia una convergencia de movimientos

Artículo adaptado al Alemán para el Dossier de Inkota sobre Bienes Comunes.

Hace varios años, cuando comenzábamos a investigar los diferentes procesos de privatización de la vida y del conocimiento, nos preguntamos: “qué tendrán en común las semillas transgénicas de Monsanto y los programas de computación de Microsoft”. Esta pregunta disparó todavía más dudas y potenciales respuestas, pero, por sobre todo, abrió las puertas a un diálogo entre actores que, hasta ese entonces, habían concebido sus prácticas de manera separada: movimientos campesinos, pueblos originarios, comunidades académicas, bibliotecarios, programadores de software, artistas de la era digital, organizaciones de defensa de la biodiversidad, entre otras.

La preocupación que nos une es la radicalización desbocada en las últimas década del siglo XX, de los denominados sistemas de “propiedad intelectual”1, específicamente los sistemas de patentes y copyright, pero también de un amplio racimo de regulaciones diferentes que se ocupan de temas tan diversos como las obtenciones vegetales o las señales emitidas por organismos de radiodifusión.

Tras varios años, desde nuestro primer encuentro sobre Biopolítica 20042, realizado en la ciudad de México, y los sucesivos talleres realizados en Argentina en 2006 y en Costa Rica en 2007, un grupo de organizacionesOrganizaciones de Software Libre, Redes Libres, Radios Comunitarias, Wikipedistas, académicos, bibliotecarios, organizaciones del campo ambiental, campesinos y pueblos originarios entre otros. y personas de América Latina hemos discutido varias ideas sobre las potencialidades de una convergencia de movimientos contra los procesos de apropiación privada de la vida y el conocimiento. En este sentido, las coincidencias son muchas, aunque el reconocimiento de las diferencias también es central a la hora de pensar estrategias colectivas. Entablar un diálogo entre movimientos campesinos, esencialmente rurales, y hackers de software libre, habitualmente urbanos y con una profunda convicción en los avances de la ciencia, es un desafío, sobre todo por la diversidad de visiones y valores que nos caracterizan.

Cuando nos preguntamos qué tenemos en común, nos encontramos con procesos, actores similares y escenarios de disputa compartidos. Es que la extensión de los sistemas de “propiedad intelecual”, tanto en duración como en amplitud, alcanza hoy elementos que antes no eran pasibles de apropiación privada, mientras extiende los monopolios en el tiempo de manera sistemática. Un nuevo sistema global de “propiedad intelectual” fue promovido a partir de la década de 1980 por los EEUU, con una serie de jurisprudencias que ampliaron los márgenes de lo patentable hasta alcanzar, desde verdades matemáticas hasta seres vivos. El impacto inmediato en el resto del mundo se materializó a través de otro de los fenómenos del último cuarto de siglo: la globalización de los sistemas de propiedad intelectual y su armonización a partir de su inclusión en las negociaciones de comercio.

La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual no parecía tener alcance suficiente para imponer la agenda que las grandes corporaciones deseaban. El carácter opcional de la adhesión a sus tratados, así como la falta de un sistema de represalias para los países que los incumplieran, hizo de la OMPI un organismo débil para las ambiciones de las industrias involucradas: una alianza de las industrias tecnológicas, farmacéuticas e industrias biotecnológicas. Así fue como la presión para reforzar los sistemas de “propiedad intelectual” logró perforar las resistencias de los países en desarrollo y llevó a la inclusión del tema en la agenda del GATT. En 1995, tras la Ronda Uruguay, nacía el problema central que afrontamos hoy en la materia: los Acuerdos sobre Aspectos de Propiedad Intelectual aplicados al Comercio.

A la hora de definir un problema común entre los diferentes movimientos auto-convocados a dialogar esta convergencia, los ADPIC aparecen en repetidas ocasiones, por diferentes razones. La obligación de otorgar protección de copyright a los programas de computación; otorgar patentes en todos los campos de la tecnología; buscar un sistema sui generis o alguna forma de protección a las variedades vegetales y semillas; otorgar patentes sobre fórmulas y procedimientos medicinales; la construcción de un sistema global de apropiación privada de conocimiento y vida; y la posibilidad de que un país reciba una represalia comercial por incumplimiento, muestran la escena diseñada por las grandes corporaciones e impulsada por los países más desarrollados para consolidar la distribución de renta a partir de las regalías y el control monopólico de conocimientos esenciales. Como si ADPIC no fuera suficiente, poco hubo que esperar para ver la profundización de los sistemas impuestos a partir de Tratados de Libre Comercio que incluyen cláusulas ADPIC Plus3 o incluso el lobby local de las mismas corporaciones y sus asociados en las elites nacionales en los países en desarrollo para la extensión de los regímenes de “Propiedad Intelectual”.

Aún desde cosmovisiones diferentes, la mirada de un campesino frente a la privatización de los genes de las semillas por parte de Monsanto es similar a la de un programador de Software Libre frente al patentamiento de un algoritmo matemático. Fue en nuestro primer encuentro, al mencionar las cuatro libertades que promueve el software libre, que una campesina exclamó que exactamente esas libertades eran las que reclamaban para las semillas: usar, estudiar, adaptar, compartir, redistribuir las versiones mejoradas. Pero hasta ahí llegó la coincidencia. Cuando un programador de software libre, entusiasmado en la conversación con mujeres campesinas se animó a sugerir que tal como en el software, los campesinos podrían evitar a las corporaciones produciendo sus propios transgénicos libres, entre la risa provocada por la ocurrencia quedó de manifiesto la extrañeza de un mundo con otro y la necesidad de aprender unos de otros para nutrir nuestras prácticas4. Entendimos entonces que frente a problemas similares, las soluciones de los diferentes movimientos no necesariamente son las mismas.

Otra preocupación compartida es la creciente criminalización de prácticas comunitarias socialmente útiles. El intercambio de cultura (entendiendo cultura en un sentido amplio) se transforma en una práctica ilegal. Prácticas tan comunes como el intercambio de libros, canciones, semillas y plantas se convierten a partir de las nuevas regulaciones en objeto de represión penal, usando el aparato represivo del Estado para la observancia de leyes restrictivas.

Aprendimos a lo largo de estos debates que a pesar de las diferencias sustanciales que nos caracterizan, vivimos un proceso histórico común, caracterizado por la concentración, la erosión de la diversidad tanto biológica como cultural y la expropiación de elementos centrales para la realización de la vida en comunidad. La idea de comunidad es otro de los emergentes regulares de la conversación. Todos los involucrados encontramos en la comunidad la estrategia de construcción y preservación de nuestra diversidad. Quienes estamos en el software libre nos identificamos en la idea de comunidad, quienes hacemos Wikipedia lo vivimos del mismo modo. Es en la comunidad de pertenencia donde los movimientos campesinos y los pueblos originarios depositan la responsabilidad de la preservación de sus culturas y de la biodiversidad. Es en el fortalecimiento y la reconstrucción de lo común, de los lazos de la comunidad donde encontramos una de las principales coincidencias de movimientos tan disímiles. Probablemente sea en la construcción del paradigma de los bienes comunes donde logremos despejar las diferencias y construir esta comunidad de convergencia que nos permita enfrentar con la fuerza que sólo otorgan las construcciones colectivas, el paradigma propuesto por las grandes corporaciones y sus aliados políticos.

Para la conformación de esa comunidad hemos trabajado los últimos años. Sabemos hoy que muchos movimientos campesinos han adoptado el Software Libre por convicción política. Y quienes venimos de la cultura libre comprendimos que no somos un movimiento aislado sino parte de un proceso histórico común. Los productos más significativos de la propuesta son, sin lugar a dudas, los documentos elaborados en conjunto, materializados en una serie de publicaciones que nos permiten sistematizar estos diálogos y seguir avanzando, así como la participación conjunta en varias instancias de intercambio, en particular, los Foros Sociales Mundiales, espacios en los que hemos tratado de impulsar la agenda del debate sobre la denominada “propiedad intelectual” a partir de pensar el problema desde las diferentes agendas, desde las diferentes miradas que integran estos diálogos pero también con el abordaje global que sólo pudimos pensar a partir de la construcción de esta propuesta de convergencia.

Bibliografía

“¿Un mundo Patentado? La privatización de la vida y el conocimiento”. Ediciones Heinrich Boell. Primera Edición, El Salvador – Junio de 2005. Segunda edición, Argentina. Octubre de 2005. En linea en http://www.boell-latinoamerica.org/download_es/Libro_biopolitica.pdf

“Prohibido Pensar, Propiedad Privada” Editado por Fundación Vía Libre, CTERA, Escuela Marina Vilte, Programa Argentina Sustentable y Fundación Heinrich Böll. (2005). En linea en http://www.vialibre.org.ar/wp-content/uploads/2006/11/prohibidopensarpropiedadprivada.pdf

“Mabi: Monopolios Artificiales sobre Bienes Intangibles” Ediciones Fundación Vía Libre (2006). En línea en http://www.vialibre.org.ar/wp-content/uploads/2007/03/mabi.pdf

“Libres de Monopolios sobre la vida y el conocimiento” Ediciones Fundación Vía Libre, Coceoceiba Amigos de la Tierra Costa Rica, Red de Biodiversidad Grain. (2008) En línea en http://www.vialibre.org.ar/wp-content/uploads/2009/03/libres-de-monopolios.pdf

GRAIN. Revista Seedling http://www.grain.org/seedling/?id=409

  1. Usaremos comillas en la expresión “propiedad intelectual” por el profundo desacuerdo sostenido con esa terminología, en particular con la idea de propiedad aplicada a bienes intangibles. Preferimos entonces hablar de “Monopolios Artificiales sobre Bienes Intangibles”. Véase Busaniche et.al “Mabi: Monopolios Artificiales sobre Bienes Intangibles” Ediciones Fundación Vía Libre (2006). En línea en http://www.vialibre.org.ar/wp-content/uploads/2007/03/mabi.pdf []
  2. Encuentro organizador por la Oficina México, Centro América Y Caribe de la Fundación Heinrich Böll en octubre de 2004. []
  3. Cláusulas que reducen el margen de acción de los países en términos de excepciones y limitaciones o licencias compulsivas, y/o que incorporan requisitos no incluidos en ADPIC como la penalización de la elusión de medidas técnicas de protección de copyright, entre otros ejemplos. []
  4. Esto ocurrió en la presentación de “Un Mundo Patentado. La privatización de la Vida y el Conocimiento” en la Ciudad de Buenos Aires, frente a una audiencia plagada de programadores de Software Libre y mujeres de la Vía Campesina Internacional. []



Fuente Blog de Beatriz Busaniche




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