domingo, 3 de mayo de 2009

Sobre el informe del CONICET lo que dijeron los otros medios

Clarín el 2 de mayo coloca la siguiente noticia, (¿a que no saben por quién está firmada la nota?, si el famoso ingeniero)

En un reportaje televisivo, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación aclaró que no existe ningún estudio del Conicet -organismo que depende de ese ministerio- acerca de los efectos del herbicida glifosato sobre embriones de anfibios.

El doctor Lino Barañao reconoció en "El Campo, la Industria Verde", que el autor de esos trabajos (que fueron difundidos por algunos medios) es investigador del Conicet y docente de la cátedra de Embriología de la Facultad de Medicina de la UBA. "Pero el cuerpo directivo del Conicet no lo avala", enfatizó.
  • Para no desinformar lo que desinforma el medio abajo está la explicación del científico:

Acá encontrarán un reportaje a Andrés Carrasco en donde explica porqué el CONICET puede no saber sobre sus estudios.

Dice:

–Se intentó deslegitimar su investigación diciendo que la UBA y el Conicet no sabían de su trabajo.

–La UBA y el Conicet son organismos de gestión, no tienen por qué conocer todo lo que hago yo o lo que hacen todos sus investigadores. Está dentro de nuestras facultades definir las líneas de trabajo, investigar y dar a conocer resultados. Es la lógica de la investigación. Por eso yo no tengo que pedir autorización para iniciar una idea o un tema nuevo y ellos no tienen por qué conocerlo, porque la ciencia no funciona con organismos fiscalizadores de los temas que elegimos. Forma parte de la libertad académica, nos movemos por hipótesis, preguntas y desarrollamos investigaciones. También se dijo que el Conicet, como institución, no suscribió a mi investigación. Y es verdad, porque no se lo pedí y no tiene por qué suscribir en el marco de una idea nueva dentro de la amplitud de un proyecto. Es lo que sucede en centenares de investigaciones que se realizan. Que quede claro, el Conicet no tiene responsabilidad sobre mis decisiones. Es una decisión personal, como corresponde, no institucional. Y está dentro de mis facultades. Tampoco se requiere autorización institucional para desarrollar investigaciones, aunque sabemos que algunas son más resistidas que otras.


En otra parte de la entrevista dice:


¿Por qué no dio el estudio a otros medios de comunicación y a las empresas?

–Casi una semana después de la publicación comenzaron a involucrarse actores que estaban ocultos, como las empresas y los medios del sector. Y ahí comenzaron los ataques. El colmo fue cuando se apersonaron en mi laboratorio abogados de las cámaras empresarias (Casafe) a exigir mis informes, realizaron interrogatorios y tuvieron una actitud intimidatoria para con mis colaboradores. Es inadmisible la intimidación, no pueden intentar allanar el laboratorio como si fueran la Justicia. Yo no discuto mis investigaciones con abogados ni empresas privadas, máxime si son parte del problema. Yo discuto mis resultados con mis pares con idoneidad para juzgar los productos de mi disciplina, en congresos, reuniones, seminarios y todos los días en mi laboratorio. Por otro lado, recibí llamadas intimidatorias, ya denunciado oportunamente. Por todo esto, tomé precauciones sobre a quién doy mi trabajo. Es claro que Clarín y La Nación, por decir algunos, tienen intereses creados, son voceros de las empresas. Cuando finalice el trabajo y lo vean mis pares, ahí se los daré. Como investigador no voy a dejarme tomar examen por empresas, por medios de comunicación o funcionarios de turno.




Siguiendo con lo que dice el "Gran Diario Argentino":

"Se trata de un hecho trascendente, porque en las últimas semanas se había asistido a una verdadera escalada en la cruzada anti-soja que fogoneó el Gobierno nacional desde el intento de las retenciones móviles. Empezó con el yuyito y terminó con la prohibición de sembrar soja transgénica en los campos de las fuerzas armadas, una decisión del ministerio de Defensa, donde revista actualmente Andrés Carrasco, autor del ignoto estudio sobre el herbicida.

Lo relevante no se resume al hecho en sí de la falta de aval de un organismo prestigioso como el Conicet, sino a que el ministro Barañao no retaceó su opinión respecto al estudio. Dijo que según lo que se sabe, lo que se hizo fue inyectar embriones o sumergirlos en una solución de glifosato, lo que no se condice con el uso para el que fue aprobado el herbicida.

Agregó que en las presuntas condiciones del ensayo, "cualquier producto puede generar consecuencias indeseables", y que es imposible que en la práctica de la aplicación de este producto, se reproduzcan las condiciones del ensayo.

Recordemos que el glifosato es un herbicida que se asperja sobre los cultivos, y no sobre las personas. Señaló que todos los agroquímicos, al igual que otros productos que se usan en cualquier industria, deben ser aplicados según las normas establecidas por los marbetes. Estos recogen las indicaciones de los fabricantes y de los entes reguladores. Respecto a estos últimos, reivindicó su trayectoria de seriedad, y el criterio científico de los funcionarios intervinientes."



Comentario:

O sea que cuando pasa el "mosquito" o el avión fumigador discrimina que no le llegue a las personas!!!, lo que pasa en todos los pueblos cercanos a plantaciones de soja son todas mentiras.

Reivindica la seriedad de los entes reguladores!!!, ¿¿¿qué están regulando???

Lean los informes que presentaró la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas.

Sigue el Gran Diario...:

"En este sentido, fue especialmente enfático en la cuestión de la biotecnología, también puesta en juego por los "sojifóbicos".

Cuando se le preguntó sobre la autorización de la semilla de soja transgénica resistente a glifosato, recordó que él mismo formó parte de la Conabia (Comisión Nacional Asesora en Biotecnología Argentina). Y que la aprobación surgió luego de una minuciosa investigación científica.

Según Rodolfo Rossi, titular de ACSoja, llevó dos años: el expediente se presentó el 28 de marzo de 1994, y se aprobó el 26 de marzo de 1996."




Sojifóbicos....Lean como se aprobaron los transgénicos en la Argentina y qué función desarrolló quien está firmando el artículo.

¿¿¿La persona que firma la nota, vivirá cerca de un cultivo de soja transgénica???




Esto es una genialidad:

"Consultado acerca de si la autorización de cultivos transgénicos, empezando por la soja -que lleva 13 años en el mercado y tuvo una enorme difusión- había generado alguna consecuencia, dijo que jamás se reportó un caso, en todo el mundo, de algún problema sanitario. "






Y termina con un broche de oro como para saber de qué lado está cada uno:

"Dos opiniones más de Barañao. Sobre la mentada sojización, dijo que es consecuencia de que el paquete soja/glifosato es "demasiado favorable". En consecuencia, lo que hay que hacer es generar condiciones acordes en los demás cultivos.

La otra: no está de acuerdo con los biocombustibles. En algo teníamos que discrepar.

Sí, Barañao es un ministro K. Es la opinión oficial. Punto. Y a otra cosa. "




"¿Es demasiado favorable?", ¿demasiado favorable para quién?, ¿quién se está favoreciendo?, ¿los pueblos fumigados?, ¿los pueblos originarios que se mueren de hambe?.

Lean los estudios que presentó la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas sobre el caso .

Leer el Clarín Rural hace mal a la salud....





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