miércoles, 1 de junio de 2011

Un debate interesante

En el blog "La Lectora Provisoria" surgió un interesante debate a raíz de un artículo de la Revista eÑe del director de cine Juan Villegas.

Al artículo lo pueden leer al comienzo de la entrada del blog y básicamente lo que dice es que cuando cuelgan alguna película suya en Cuevana o en Taringa no le están respetando sus derechos. Por eso lo llama de Aliados Ilegítimos


Lo interesante son algunas de las propuestas que colocaron en los comentarios, así que rescato algunos de ellos:


  • Personalmente, sin entrar en cuestiones legales (creo que el juicio a Taringa es inviable en a legislación argentina), me parecen muy pobres y muy corporativos los argumentos contra el libre acceso a las películas en internet, al menos mientras no exista un sistema de descargas legales a un precio muy reducido y accesible al cabo de cierto tiempo del estreno. Pero, aun así, yo propondría que el Incaa, que cofinancia muchas películas argentinas, lo haga solo con la condición de que después sea de libre acceso por internet (visión directa, sin descarga ni uso comercial). Vamos a ver qué dicen los realizadores, puestos en la disyuntiva de que sus películas se puedan ver libremente y enriquezcan el patrimonio cultural virtual o no se produzcan con el dinero de los contribuyentes.
    Q
  • Les paso un estudio que se realizó en 6 países “emergentes”, Brasil, Rusia, Sudáfrica, México, India y Bolivia:
    http://www.partidopirata.com.ar/557/precios-altos-transforman-a-paises-emergentes-en-piratas
    En ese estudio se comparó el precio de un dvd original de Batman con el precio del mismo dvd en Estados Unidos. Se lo actualizaba vía el PIB de cada país.
    Descubrieron que el precio del dvd trucho era en casi todos esos países similar al precio del producto legal en USA.
    O sea el precio en países emergentes de los dvd originales son muchísimo más caros que en Estados Unidos.
    Estaban haciendo la traducción al español del informe Era interesante el caso mexicano en donde las grabadoras decidieron no rematar los cds de música luego que salián de moda..Obligando así a muchos que se dedicaban a vender los cds originales a dedicarse a los truchos.
    Lamentablemente no se hizo el estudio en la Argentina, tomaron esos países. En el caso de la India el precio de un dvd original era casi 6 veces al de Estados Unidos.
    De todas maneras si se fijan en la opción de I-Tunes ellos están vendiendo bien música vía Internet.
    En el caso de los e-books es totalmente ridículo que el precio de un archivo de texto (con alguna ilustración, pero no es más que eso) salga un 20 0 30 % menos que el mismo libro en papel.
    La editorial se ahorra:
    Impresión, distribución, stocks, gasto de papel y muchísimos otros gastos y colocan al libro con esa diferencia con el libro de papel…
      
  • “Delimitemos entonces. Lo que me interesa acá es plantear el conflicto que se genera entre los derechos de los consumidores de cine en internet y los de los titulares de los derechos de las obras que allí se emiten.”
    Si no se hubiera hecho esa delimitación al inicio de la nota, yo remitiría el problema a sus orígenes, esto es, la naturaleza injusta del modelo industrial de producción/distribución. El desafío es NO intentar armar un modelo similar adaptado a internet, sino modificar radicalmente la naturaleza de aquel modelo. El caso de la música es paradigmático. Desde hace 6 años tengo una radio online que hace streamming de música independiente, esto es, artistas pertenecientes a sellos pequeños o que graban por su propia cuenta su música. Ellos saben que descargamos sus discos, y nos lo agradecen. Saben que de otra forma, nunca un artista de -digamos- Nebraska, podría haber sonado en Argentina a menos que “pegara” contrato con aquellos que manejaban el circuito completo de producción/distribución y venta. Tampoco nos peguntan si pagamos Sadaic o todos los cánones (aunque lo hacemos). Saben que de ello no ven un peso. De otra forma, no se explicaría la cantidad de gente que va a ver a ciertas bandas que en Argentina no vendieron un solo disco. En todo caso, los que pierden son bandas que mueven millones. Me atrevería a decir que 99 por ciento de los artistas se ve beneficiado por la liberación de la difusión y la distribución de sus obras (gente que comparte archivos, el abaratamiento de “poner” un medio, un blog, una radio online, subir los videos a youtube, etc), y también los costos de producción. Los únicos que nos llamaron para que paguemos o cerremos fueron los de CAPIF, con el paradójico resultado de que, entonces, ya no difundiremos los artistas defendidos por ellos.
    “Lo que se olvida es que estamos hablando de derechos. Ningún sitio de internet ni ningún usuario de la red pueden atribuirse el derecho de difundir una obra sin autorización de aquel que la creó, aún cuando sostenga que le está haciendo un favor, aún cuando no hubiera fines de lucro en esa difusión.”
    Los derechos de propiedad intelectual no provienen del éter, están pensados y definidos para el marco del modelo industrial capitalista, desigual y nocivo para la gran mayoría de los artistas y para el público. Será cuestión, entonces, de redefinir y repensar esos derechos. Confío en que el debate, la lenta difusión del tema y la adaptación a los hábitos, así como los beneficios tanto para los usuarios como para los artistas terminen cambiando estas nociones. Un ejemplo de ello son las licencias “Creative Commons”. Un artista puede publicar su obra bajo CC permitiendo que cualquiera difunda su obra siempre y cuando no lo haga con fines comerciales y lo mencione como autor, y no la modifique, etc.
    El sistema de donación puede parecer una ridiculez en el marco local. En el hemisferio norte no es ninguna locura que alguien done un dólar a través de paypal o algún otro sistema luego de haberse bajado un disco que le gustó (utilizando ese modelo, Radiohead se desligó de su discográfica y recaudó más que cuando vendía los discos). Quizás, así, la industria se vea forzada a bajar los costos, a pagarle menos caché a Darín, a que haya menos Hoyts, y empiecen a haber más producciones independientes, más salas pequeñas digitales que cobren 5$ la entrada, y se rearme nuevamente un sistema más equilibrado que el que tenemos ahora.
  • "Cholo, es cierto, pero en algunos lugares, lo de la donación funciona, y por eso lo pongo solamente como ejemplo de que se puede pensar hacia adelante en alternativas superadoras, aún si creemos que para llegar a eso hace falta educación, un cambio en la mentalidad de la sociedad orientada al dinero y al consumo, etc. Lo pongo como ejemplo porque coincido con Q, hace falta menos policía y más debates y más notas que pongan el eje en la injusticia de un sistema que siempre perjudicó a la mayoría. Los usos de la libertad en Internet, hasta ahora, han demostrado claramente un grado de civilidad que contrasta notoriamente con nuestro hábitat cotidiano atravesado por la lógica del consumo. Lo que me gustaría que este tipo de notas dejara en claro es que acá no corre peligro ni el cine, ni la música, ni la literatura. En todo caso corre peligro la industria discográfica, editorial y cinematográfica tal-y-como-la entendíamos hasta ahora. Y en buena hora."
  • Villegas, estoy de acuerdo en que es una decisión tuya. Pero vos mismo decís que no pediste a Cuevana que retire tu película. Creo que la dicotomía es falsa en el siguiente sentido. Realmente crees que si tu peli no estuviese en Cuevana más gente alquilaría el DVD? Realmente crees que lo que no cobras de Cuevana lo estas perdiendo por otro lado? Yo creo que no, yo creo que gente que no alquilaría la película o que no iría a verla al BAFICI podría toparse en Cuevana o en Taringa con un usuario que la recomiende y la haya subido, y finalmente la vea. En ese sentido, se expande el público para tu film. Son cosas que se complementan. Si ese pibe que la vio x Cuevana le gustó, x ahí cuando estrenes una nueva peli en alguna sala a un precio razonable diría “uh, la nueva de Villegas, la quiero ver en cine esta vez”. En ese sentido, es beneficioso para el artista independiente. Si vos (y el resto) le pidieras a Cuevana que te pague, probablemente Cuevana cerraría, pero no tendrías más plata ni más espectadores por eso.
    En ese sentido es que creo que más que decir que Cuevana o Taringa lesionan derechos, hay que concientizar a los directores/productores independientes para que se den cuenta de esto, suban sus películas, o se agrupen para 1- pensar cómo armar un Cuevana pero posta, con las pelis subidas x el propio director 2- pedirle al estado que piense cómo difundir su arte y poder beneficiarse además con ello 3- como primer paso, en todo caso, decirle a Cuevana que te muestre cuánta gente vio tu peli y te de un porcentaje de los google ads en función de eso (te sorprenderías cuán poco es).
    Quizás sí se estén lesionando algunos márgenes de ganancia de mega tanques como Piratas del Caribe, pero bueno, de eso se trata todo esto, no? Que cobren un dólar la entrada y, en lugar de querer recaudar 500 millones, que recauden 100.
  • Porque la tv abierta es un monopolio (u oligopolio) relacionado directamente con la industria, pero en internet cualquiera pone una página y sube una película. Cuándo viste una película independiente en la tele?? La tv, precisamente, no es el modelo a seguir. Si querés replicar en internet lo que pasa en la tv, entonces ponete a perseguir a todos los que suben películas para que paguen, en eso estamos de acuerdo. Pero internet no es la nueva tv, es otra cosa. Las categorías de análisis deben cambiar.
    Estoy de acuerdo también en que los directores independientes deben ganar por su trabajo (obviamente!! y mucho más de lo que ganan ahora!), el tema es pensar cómo, a partir de una realidad contundente: internet.
    El modelo de internet es distinto al de la tv y la industria del cine hasta ahora, y claramente tiende a la democratización. Pero eso no quiere decir que el estado actual de lo que hay en internet sea el correcto, y sí quiere decir que se puede orientar el debate en perpetuar el antiguo sistema, condenar y perseguir, o pensar que lo que pasa con internet permite a mucha gente difundir, a mucha gente acceder, y ver cómo se hace después para que alguien no gane a costa de los artistas.
  • Algo que, creo, todavía no se comentó, es el caso de las obras que prácticamente no se consiguen (o directamente no se consiguen) a través de otros medios.
    Poniendo un caso concreto, más para ilustrar que para poblar el debate de individualidades y anécdotas: ¿cómo podría hacer alguien que vive en un pequeño pueblo del interior para acceder a la obra de, pongamos, Benning o Brakhage? La realidad es que hay un amplio espectro de cine/música/literatura que es inhallable para una gran cantidad de gente con intereses que están por fuera del mainstream y lo más difundido.
    Ahí me parece que juega un rol clave internet. Es un aspecto que las posiciones más extremistas no tienden a ver (o sí, pero no les interesa), poniendo la mirada sólo en perdidas económicas individuales o de grupos minoritarios. Si bien el debate de pérdidas y ganancias es interesante y necesario, dudo que alguien pueda afirmar que la difusión cultural en general se encuentra en una posición inferior en relación a hace veinte años.
    Sin ir más lejos, hoy leía en “Mutaciones del cine contemporáneo” una carta de 1997 en la cual Jonathan Rosenbaum le decía a Adrian Martin, hablando de “Out 1″, “Céline y Julie van en barco” y “Duelle” de Rivette: “Soy consciente de que tú no has podido ver ninguna de estas películas, salvo Céline et Julie (tales son los caprichos de la distribución australiana, por no mencionar la distribución de la obra de Rivette en general) [...]“. Si bien hoy en día “Out 1″ no puede verse en buenas condiciones en internet porque no existe edición en DVD, sí ocurre que miles de personas pudieron ver las otras dos gracias al beneficio de la Mula, los torrents y la descarga directa.
    De hecho, pronto podrá conseguirse desde cualquier parte del mundo un ripeo .mkv de “Merry-Go-Round” seguramente muy bueno con subtítulos en español, y quienes estamos poniendo manos a la obra no veremos nunca jamás ni un peso. Pero ese es otro tema.
  • Villegas, qué pena que te fuiste. Como emulista ferviente quisiera hacerte dos comentarios.
    1- Jotafrisco dice más arriba que descargó Sábado. Pues bien, yo decargué Los suicidas. Los dos vivimos en Mar del Plata. Tus películas no se estrenaron en salas y sus versiones en DVD deben haber sido compradas por uno o dos videoclubes. Era internet o nada. Y lo mismo vale para Piñeyro, para Murga, para Frenkel o quien se te ocurra y no sea Campanella. Si tus películas no estuvieran en intenet no hubieran vendido más DVDs. Es así. En Mar del Plata no perdiste nada.
    2- Tu supuesto de que nadie hace nada por amor al arte es absolutamente falso. Lo decís así: “El que deicde ofrecer Ocio (o la película que fuere) en la web, para que la vean otros, tiene seguramente un beneficio, directa o indirectamente. Si no, no lo haría”.
    Considerar que todas las acciones se explican por su gratificación económica es sesgado, mezquino e inmoral. Y la web es un ejemplo clarísimo. Los beneficios que generan los grandes foros de descarga – Cineclasico, Divxclasico, Patiodebutacas, Allzine, Clansudamerica – son culturales, en todo caso libidinales si te gusta, pero no monetarios. Yo traduje unas quince películas para cineclasico – Ferreri, los Taviani, Imamura – sin más interés que contribuir a lo que considero es una página decisiva en la educación cinematográfica de cualquier interesado en el tema. Y lo que hice yo es una pavada. Un tal Ignacio González tradujo casi todo Naruse, casi todo Shimizu, mucho Ozu; un tal Prefesor Keller hizo lo propio con películas italianas que no tienen versiones subtituladas en inglés ni en otro idioma que el de Dante. Y hay cientos de ejemplos más. ¿Qué gana en el que contrasta un subtítulo alemán con uno inglés para mejorar la versión internacional de una película? ¿Y el que pone notas a pie de página para aclarar cuestiones culturales? Habrá quien aproveche la situación para su propio beneficio, pero poner a todo el mundo bajo el cielo del interés y del provecho a costa del trabajo ajeno es insostenible, así como es insotenible derivar la ganacia hacia Fibertel o Telefónica: los que tienen internet solo porque pueden descargar películas son dos de cada millón (esto último es un homenje a Sarlo).
    Tu argumento principal es el de las majors pero aplicado a la defensa del cineasta independiente. Pero en verdad, solo defiende a las majors. No se puede ser Pez y pensar como Metallica.
  • Pero creo que la situación argentina actual tiene entre uno de sus orígenes la falta de viveza de cualquier empresa grande como para que recién ahora Speedy ofrezca el servicio símil Netflix, es decir, de descarga de películas a precios ínfimos, o por suscripción. Esto y la buena promoción que se le dio al Blu-Ray allá, con reproductores y discos a buenos precios, amortizaron muchísimas pérdidas en los Estados Unidos.
    Ahora bien, más allá de que se está discutiendo acá la parte ética y esencial que implica la descarga de películas (lo que dice Mulder es cierto e increíble, a 400 kilómetros de Buenos Aires no se puede ver casi nada), a esta altura cualquier acción legal que no parezca norcoreana va a resultar inútil y contraproducente, sobre todo por cómo aprendió a moverse el cybernauta argentino desde Taringa, en banda y llevándose puesto lo que sea necesario.
    Después me parece que implementar una maquinaria/circuito/legislación que logre que compremos una under nacional en DVD, o que vayamos al cine a verla, sería un camino mucho más largo y doloroso económicamente que si el INCAA se armara una buena filmoteca virtual, con publicidades antes de cada reproducción y algún PayPal disponible para la libre donación.
  • Está en cada uno, y ahí entran los principios. Una cosa es difundir gratuitamente la obra de alguien que come con lo que hace (a sabiendas de que se lo está perjudicando, y puse el caso de una banda a la que pensaba que podía llegar a perjudicar mientras que en realidad ellos mismos admitieron que se hubieran beneficiado por la difusión); otra muy distinta es ripear una película de un artista muerto hace décadas (caso Naruse, pongamos), que por razones obvias no ve un peso por cada DVD que vende Criterion.
    Por otra parte, son pocas las empresas interesadas en distribuir la enorme mayoría de la cultura mundial (y si se hace, no llega a todas partes), y los precios son cada vez menos razonables (hablemos de CDs, DVDs, libros, ir al cine, etcétera). Si las alternativas son dejar la difusión del cine (o, si se quiere, de cierto cine) en manos de grandes compañías (lo cual jamás ocurrirá) o distribuirlo gratuitamente, no me molesta para nada pecar de egoísta.
    Puede que sean casos extremos, pero cualquier proyecto que busque frenar la distribución de cine o música por internet va a acabar con “Piratas del caribe 4″ en Cuevana, con “Los suicidas” de Villegas en el eMule, con “11 x 14″ de Benning en AvaxHome y con laboriosos e impecables ripeos de vinilos de Peter Hammill en el Torrent.
    Lo de consumista en el mal sentido no bien de dónde viene. Sin dudas hay cierta tendencia a tener cantidades de películas y discos que llevará años escuchar, y estoy de acuerdo en que no es una tendencia del todo positiva. Ahora, eso no es algo que tenga que ocurrir necesariamente. Se puede compartir con criterio y de a poco; no veo cuál es la relación entre el “consumismo en el mal sentido” y querer ver una película de Naruse que no se consigue en ningún videoclub, o ayudar para que otros puedan verla en buenas condiciones (ripeo decente, subtítulos en español, etcétera)
  • Agrego un un fragmento de una entrevista a Santiago Segura durante su visita al Bafici en relacion al tema de la pirateria:
    Yo también me identifico con los internautas”, dice Segura. “Creo que cuando no tienes acceso a algo, tiene sentido bajarlo. Yo busco discos descatalogados, que de pronto –¡pum!– aparecen en Internet. Me gustaría poder recompensar de alguna forma a gente que me da ese gran placer con esa música maravillosa, de tipos que por ahí están muertos hace tiempo y que ninguna empresa ha sido tan amable de volver a hacer disponibles. Entiendo que otra cosa es cuando se trata de algo que se comercializa, pero está todavía en vías de recuperación, porque si perjudica la marcha comercial de una película y hace que la inversión no se recupere, es complicado.”
    “Yo hablo con muchos internautas y así como me he bajado música, me he preguntado por qué tengo que aguantar para bajarme un episodio de una serie que estaría dispuesto a pagar. Me meto en iTunes para bajarme un episodio de Lost y me dice que ‘no está en territorio norteamericano’. Y yo digo: ‘Ya, voy a pagar 3,99’, o lo que cueste, pero no me dejan porque los derechos han sido vendidos, y tengo que esperar entonces a que la doble la televisión de España y verla con voces espantosas. Llega un momento en que decimos: ‘Coño, o lo hacemos bien o qué’. Como presidente de la Academia, Alex se ha visto entre la espada y la pared: es terrible, pero somos cineastas y a la vez nos sentimos más identificados con los internautas que con unos políticos que, durante los siete años que han estado en el gobierno, no han hecho ningún tipo de ley para reglamentar las transacciones digitales. Como esto es una economía sumergida, los que se benefician de las descargas son las teleoperadoras, las telefónicas. De alguna forma, creo, debería pagar el que se beneficia: si tú no le pagas a Spielberg por ver su película, pero le pagas a Telefónica por descargártela, Telefónica le tiene que pagar a Spielberg, y así se triangulan las ganancias de manera que nadie salga perjudicado. Tienes 50 megas de banda ancha en tu casa porque puedes bajarte películas, porque probablemente si no pudieras bajarte películas, te dirías: ‘¿Para qué quiero 50 megas, si para mis e-mails y mis cosas con un mega me basta?’. Y entonces se perjudicarían las teleoperadoras.”
    También es cierto que hoy mismo puede descargarse una copia de Torrente 4, tomada en un cine con una videocámara, pero es una experiencia horrible: la imagen es pésima y el sonido bordea lo incomprensible. Segura no pontifica, cree simplemente que hay que ofrecer más y mejor, y discriminar las diferentes situaciones. “A Torrente 4 hay que verla en pantalla grande en 3D y rodeado de gente porque, como con cualquier comedia, no es lo mismo reírse rodeado de 60 personas que solo, en tu casa. Pero si en unos meses en Colombia se anuncia que Torrente 4 no se va a estrenar nunca en cines y el que quiere verla no tiene posibilidades de comprarse el DVD, no se puede demonizar al tipo que la descarga. Al contrario, estoy muy agradecido porque está interesado en mi trabajo y quiere volverme a ver. Y Alex y yo decimos: la política para los políticos y nosotros vamos a seguir haciendo cine, que es lo que nos gusta…”
  • ah, y sí, pagar por una peli o un capítulo de una serie es un dolor de huevos, cuando no es imposible
    o está doblada, o no está para tu zona geográfica, o la puta que lo parió
    otro tema, los ebooks – Bomarzo en ebook cuesta 8 €, y en el mismo site, en papel, hay ediciones desde 4 €
  • Janfiloso, en internet no hay ningún ente totalitario decidiendo qué es beneficioso para la humanidad, y qué no. Pero los planteos reaccionarios y regulatorios en defensa de las corporaciones quieren imponer precisamente eso en internet, que sea el Estado, o Chávez, o la Warner quien decida quién puede compartir algo y quién no. El caso Cuevana vs Villegas no es representativo. Justamente se trata de plantear una lógica que no sea la lógica del consumo. Y sí, la polémica en torno al derecho de propiedad intelectual trae aparejado un debate en torno al concepto de propiedad privada. Pero si entramos en esa me pongo a citar a Proudhon. Los creadores de internet, del soulseek, Assange, todos ellos son ideológicamente hippies comunitaristas algunos, otros anarcos. De hecho, los creadores de internet en sus inicios decidieron liberar el código y los servidores. Si no lo hubiesen hecho y hubiesen decidido venderlo o patentarlo, hoy internet sería un vehículo más para las corporaciones, sería del Estado americano, de la Fox o quién sabe. Hay un documental muy interesante al respecto en Encuentro, que creo que es de la televisión inglesa. Obvio que Cuevana gana guita y que Assange va a cobrar 1 millón x su biografía, y que el gil que creó Napster se vendió. Y que éste es un momento híbrido en el que los gobiernos y las telefónicas van a intentar y están intentando copar la parada (la ofensiva de los gobiernos y las corporaciones como VISA contra wikileaks lo dejó bien en evidencia). Por eso es que hay que evaluar bien del lado en el que nos plantamos. Lo que rescato de Cuevana y Taringa es que sirven para desarticular lógicas ya existentes y que, de persistir, todo iba a seguir igual de concentrado como antes (en el caso de las discográficas, ya podemos decir que se logró desarticular). Pero el futuro no es Cuevana, ni el estado actual de los ebooks, todavía manejados por las editoriales. Para destruir algo no basta con combatirlo, hace falta crear algo nuevo que lo vuelva obsoleto
  • A mí me impresiona mucho que bajo el paraguas totalitario de Coscia, el autoritarismo se disfraza de protector de artistas y el nacionalismo encubre los intereses de las multinacionales. ¡Qué fachos que son!
    VIllegas. Creo que estás tan obnubilado con la necesidad de vivir de tu trabajo como cineasta que te deslizás hacia posiciones indefendibles, cercanas en definitiva a lo más reaccionario de la industria (mainstream pero también “independiente”) con su lógica prebendaria enmascarada por las grandes ideas de la Patria y el Arte.
    Q
  • Janfiloso, en lo personal, creo que la música (ok, quizás en particular el rock) nunca estuvo mejor, tanto desde las bandas como desde los escuchas. Lo que hay a cambio del anterior modelo -pocas discográficas y radios obligadas a pasar lo que éstas les dicen- es un sinnúmero de bandas que nunca hubieran tenido chance si no hubiesen podido difundir su música por internet. Que no vendían un disco y que encima jamás trascendían las fronteras de su pueblo/barrio, nadie los iba a ver a menos que los hubiese ido a ver de casualidad un día que pasaba por ahí.
    Los Arctic monkeys jamás hubiesen hecho un Luna Park en Argentina, tampoco los White Stripes. El mató a un policía motorizado no llenaría el Marquée ni podría ir a tocar a Mendoza, Córdoba o Comodoro Rivadavia. Pero si no nos gusta el mercado local, que todavía dista bastante de ser ideal (hay pocos lugares habilitados para tocar, y los locales les hacen pagar a las bandas para que lo hagan), en USA y Europa han proliferado los Festivales, que es el modelo que actualmente todos aceptan como el mejor que hay, donde hay una oferta gigante de bandas, todas independientes. Caso Coachella en USA, Primavera Sound en Europa. Pero además, basta agarrar alguna agenda de algún site y fijarse cuántas bandas tocan y giran por europa a cada momento. Hoy cada banda puede encontrar su público específico y llegar a él. Y eso lo celebro. Y eso lo logró internet.
    Cuando dije “lógicas existentes” se sobreentiende que me refería a las “lógicas existentes concentradas”, de hecho más adelante en la frase lo dije, aunque puede que haya sido confuso. Y realmente pensás que la concentración en la industria discográfica y la distribución cinematográfica es sólo un título?
    Acepto que la reconstrucción de la frase sea “Para modificar algo no basta con estudiarlo, hace falta crear algo nuevo y mejor.” Puse combatirlo pq la criminalización de las descargas no me parece que sea un estudio de nada, sino un combate, y así la frase servía en ambos sentidos.
  • F(e), por primera vez, no voy a atacar a las telefónicas. Lo que te cobra Telefónica es la conexión a internet, y después, no se mete con lo que haces con la conexión. La idea de que Telefónica le pague a Spielberg está buena, pero probablemente sería el fin de la tarifa plana de internet. De hecho, Telefónica ya tiene un proyecto al respecto en España (cobrarte según cuánto navegues, como con el teléfono). No podemos pensar que Telefónica le va a pagar a Spielberg y no te va a cobrar más a vos. Telefónica te cobra el servicio de conexión, pero no le puede pagar a Spielberg porque la gente suba sus películas a sus propias páginas. En todo caso, el que tendría que pagarle, es verdad, sería Cuevana. Pero Cuevana también proporciona un servicio, y los films no están alojados en Cuevana, sino en los sitios de alojamiento. Así llegamos de nuevo a lo mismo, terminaríamos persiguiendo a los usuarios que comparten. Es en ese sentido en que no sirve la misma lógica.
    La última vez que estuve en uruguay vi a un pibe con una de las mini netbooks que les entrega el gobierno. Le pregunté si ahí donde estábamos agarraba internet. Me dijo: si te acercas a una escuela, hay internet. Todas las escuelas del país emiten señal.
    Maravilloso.
  • Arturo, y cobrarle a rapidshare, hotfile,etc? sería posible sin perjudicar al usuario?
    No se sí sirve ,pero me comentaron que la gente de Konami, se cansó de buscarle la vuelta a como evitar el crackeo y los parches del PES y medio que liberó lñas actualizaciones, es decir el cd trucho te permite actualizarte.
    El punto es que en las actualizaciones te bajas todos los ultimos botines de nike, adidas, etc, y la plata se la están sacando a ellos como publicidad, y en las repeticiones de los goles los botines se ven de diez ;) 
  • Es que si le cobras a rapidshare o hotfile, te metés con la privacidad, porque la empresa tendría que fijarse si el usuario está subiendo una película o una monografía de la facultad, que es lo que Taringa se rehusaba a hacer. En realidad rapidshare y hotfile te advierten que no subas cosas protegidas x derecho de autor, y cuando son reportadas, las empresas las borran. El punto es que la gente las vuelve a subir con nombres raros una y otra vez hasta que finalmente el autor se cansa de reportarlos. Sería el mismo caso, son sitios que te ofrecen un servicio de alojamiento, nada más.
    El ejemplo que pones de Konami está bueno por lo siguiente: si directamente se decidieran a regalar el PES, que te lo bajes en forma gratuita, podrían saber cuánta gente está jugando (seguramente, mucha más de la que juega ahora que sale 70 dólares) y entonces podrían cobrarle más a Nike y a Adidas por la publicidad que muestran. La suerte que tiene el PES es que puede encajar publicidad sin que moleste tanto. En el caso del cine (y de otros juegos) no estaría bueno que te encajen un banner o que alguien se tome una Coca en primer plano para que garpe.
  • Si se sigue la línea del comentario de Arturo Bandini hay que cerrar la discusión: un artista musical independiente en los Estados Unidos necesita de apenas algunas menciones en blogs musicales como para ganarse un público que le banque todos los gastos de un futuro disco vía Kickstarter. Eso como mínimo, si no es que los termina contratando alguna discográfica establecida o terminan vendiendo un disco a lo pavote (el emblemático caso Animal Collective, la banda más difícil de procesar que haya vendido más discos que Arctic Monkeys y Franz Ferdinand JUNTOS en 2009).
    El cine no se aleja demasiado de esa lógica, y el primer caso que se me viene a la mente es de The Ballad of Genesis and Lady Jaye, estrella del último BAFICI que se terminó de producir… Sí, gracias a donaciones de gente que no vio la película, vía Kickstarter.
  • Lo que me jode mucho es que las ideas ingeniosas hayan venido sólo de nuestra parte. ¿Ningún director pensó en alguna edición limitada para alguna película? ¿Una venta por Internet? ¿Preventa que salga cuando se llegue a un monto determinado? ¿Por qué no toman la iniciativa con alguna propuesta propia en vez de pedir regulaciones a esta altura?
a

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