lunes, 28 de febrero de 2011

Lo que parece gratis es pago con tus datos

Fuente Suplemento Link.

Por Tatiana de Mello Dias

¿Para donde va la información que colocás en un registro de un site de compras colectivas? ¿Quién sabe lo que te gusta en Facebook? ¿Lo que tus búsquedas en Google dicen sobre vos? Probablemente ellas dicen más de lo que tu terapeuta sabe. Todo eso está por ahí, guardado en algun banco de datos. Y, hasta ahora, no existe ninguna norma que defina como esa información debe ser tratada.

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“Estamos en un típico momento en que la industria está pronta para crear una situación de desbalanceamiento, determinando como será hecha la recolección de información”, dice Danilo Doneda, abogado e investigador del Centro de Tecnologia y Sociedad de la Fundación Getúlio Vargas. Él participa de la elaboración de un anteproyecto de ley encabezado por el Ministerio de Justicia que definirá las reglas para el almacenamiento y el uso de datos personales.

El principal punto del proyecto, que está en consulta pública, es el siguiente: el ciudadano precisa tener el control sobre su propia información. Precisa saber qué dato está siendo recolectado, para qué será usado y por cuánto tiempo la empresa o el gobierno podrá almacenar esa información. Hoy no hay ningún tipo de control – son comunes los casos de venta de banco de datos a terceros, por ejemplo, o el cruce de datos.

La información vale oro. “Cuando tenemos una sociedad en que cualquier segmento de consumo trabaja a partir de las informaciones de sus consumidores, la información se transforma en un insumo del mercado. en algunas situaciones vale más que el dinero”, explica Juliana Pereira, directora del Departamento de Protección y Defensa del Consumidor del Ministerio de Justicia.
Se puede tener una dimensión mas exacta del poder al mirar a las empresas online. “La utilización de nuestros datos es lo que justifica la existencia de tantos servicios gratuitos en internet”, explica Doneda. El crecimiento de empresas como Google y Facebook – que anunció su llegada a Brasil con registro en el área de “consultoria en publicidad” – demuetra el potencial billonario de la pérdida de privacidad. “El momento es el de la economia de la información personal. Por eso las redes sociales son importantes: ellas son casi como un pote de miel para que las personas se sientan cómodas para ofrecer sus informaciones”, define Doneda.

“Una protección de datos efectiva es fundamental para la democracia y sustenta a los otros derechos y libertades”, dice Viviane Reding, vicepresidente de la Comisión Europea de Justicia, Derechos Fundamentale y Ciudadania, durante el Data Protection Day, que fue el día 28 de enero. ¿Cómo garantizar que esos datos no sea usados para fines discriminatorios o que de alguna forma prejudiquen al consumidor? “Las personas colocan su información y no sabe lo que pasa. Están en una posición débil”, dice Doneda. Para el abogado, el sector que más requiere preocupación es el de marketing online. Hoy hay herramientas que monitorean silenciosamente al usuario – como por donde navega o cuales fueron sus últimas compras, su ubicación y sus preferencias.

“Rastreando el comportamiento del usuario a través de varios sites conseguis montar un perfil”, explica Philip Klien, CTO de BT Buckets, empresa de behavioral targeting, tecnologia capaz de trazar perfiles de usuarios para segmentar la audiencia. es un recurso útil para que los anunciantes consigan alcanzar a un público específico.

El área está en alta. un levantamiento del Wall Street Journal reveló que hay más de 200 herramientas monitoreando conexiones. Todos los 50 sites más populares de los EUA tienen algun mecanismo del tipo. En 2010, el total de inversión en anancios en la web fue de US$ 8.9 mil millones. De estos, US$ 1,1 mil millones fueron para los anuncios segmentados – y el valor debe duplicarse hasta 2014.

Todo lo que es gratis tiene precio. Para Klien, el principal problema es la falta de aclaración. “Ese control está siendo hecho en varios sites en domínios diferentes. y entonces muchas veces el usuário no lo sabe”, dice. ¿Es preciso asustarse? La publicidad también no puede ser vista como villana – ella paga a los servicios que tanto usamos y también nos proporciona anuncios más relevantes. Pero es preciso saber que todo lo que es gratis tiene un precio.

Mientras no haya reglas claras, la responsabilidad sobre la información valiosa queda para las empresas. “Por no haber reglamentación y tener mucho poder, es necesario actúar con cautela”, dice Klien. En los EUA, el sector de behavioral targeting tiene una organización de autorregulación y existe una carta de buenas prácticas, que es seguida por la startup brasileña. Recientemente la diputada norteamericana Jackie Speier presentó el proyecto de ley Do Not Track Me Online (no me monitoree en internet), que crearia una lista de internautas que no quieren ser monitoreados – como ya existe, por ejemplo, con el telemarketing.

En Europa, la práctica fue reglamentada a mediados del año: es preciso el consentimiento libre e informado para la instalación de un cookie de rastreamiento; él no puede ser eterno y la retirada debe ser libre y fácil; y, por fin, el monitoreamento debe ser facilmente perceptible.

En Brasil, el proyecto de ley que está en consulta pública no regulará los tópicos específicos de mercados – como es el caso de la publicidad y de bancos – pero la idea es fomentar la autorregulación de las áreas. “El proyecto establecerá un patrón mínimo de protección. Queremos reglamentar una cosa que está en la Constitución: el derecho a la privacidad. Todo el mercado quiere tener seguridad jurídica”, dice Juliana Pereira.

De aqui en adelante, las reglas del juego quedarán – sino mas rígidas – por lo menos mas claras.



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