jueves, 24 de febrero de 2011

Libros para morder el anzuelo y el futuro del "libro"

Según esta nota de Página 12 en el 2011 se editarán 20 mil títulos nuevos.

"Las editoriales son como pescadores: ponen el cebo, lo atan en el extremo del hilo de la caña de pescar, lo lanzan al agua y esperan que los lectores muerdan el anzuelo. El enjambre de títulos y autores es caldo de cultivo para la expectativa. Algunos nombres auguran satisfacciones de antemano, aunque hay que advertir que ninguno garantiza a priori que se pueda esquivar la temida decepción."

En la nota en Página recomendaban algunos de los títulos entre los 20 mil.

¿Ahora qué pasa con una librería ante la avalancha de títulos?:


  • "Hola,

    Quisiera preguntar qué papel crees que tienen las pequeñas librerías en este "futuro inmediato" del ebook.

    He crecido en una librería que ha sido el susutento de mi familia. Ahora tengo la sensación de que se juntan factores contradictorios. Por un lado las editoriales siguen la tendencia ya antigua de envío indiscriminado de libros (y a mi parecer, mantienen peores condiciones que a los grandes distribuidores de cultura como Fnac y demás) y, por el otro, intuyo un "descuido" in crescendo hacía las librerías, es decir, hacia el producto físico para acortar la distancia con el cliente final.

    Referente a la desintermediación de los mercados, creo que es un proceso lógico, natural y deseable, ya que en teoría, favorece al creador y al cliente. Pero veo que el sector del libro tiene una característica importante respecto al de la música (por citar el sector más afectado por este fenómeno). Con los discos sólo cambia el reproductor, no la manera de consumo del producto. Con el libro hay más implicaciones: la forma de consumo (el reproductor cuesta dinero), la importancia del soporte (originado con la relación que se establece con el objeto) o la función del prescriptor.

    Parece que las librerías estamos destinadas a desaparecer o a tener un papel aún más marginal en este bonito sector, relegados a "conformarnos" con el nicho de los "románticos/fetichistas del papel". Hay alguna esperanza para los pequeños?

    Disculpas por la extensión! y agradezco tus comentarios al respecto.

    Un saludo,

    Anna."

    La respuesta de Julieta:


  • Anna, librera de raza que conservas el anonimato en estas páginas, ojalá tuviera respuestas algo más que especulativas sobre el futuro que te preocupa.


    De algo estoy segura: el envío indiscriminado de libros se acrecentará durante estos tiempos de cambios radicales, hasta que surjan nuevos modelos de negocio. Para los editores, es una cuestión de supervivencia, y no renunciarán a esta práctica, aunque tenga las patas cortas.

    Para el librero, el envío indiscriminado es un veneno lento, pero seguro. Para el lector, significa un acrecentamiento de la ansiedad y la angustia de la elección en el momento del consumo.


    No parece una fórmula para el éxito, pero es la que todos conocemos.
    De los envíos indiscriminados, los libreros se defienden con devoluciones indiscriminadas, que afectan sobre todo a las editoriales más pequeñas que contribuyen a la bibliodiversidad. De la angustia de la elección, los lectores se defienden comprando lo que les resulta familiar, esto es, el best-seller del que hablan los medios de comunicación.

    Y esto vuelve a afectar, antes que ningún otro, al editor mediano y pequeño.
    No es el ebook el principal enemigo de la edición tradicional ni de la librería de "prescripción" (si queda alguna), sino el modelo de economía de escala adoptado por una industria que, sin embargo, se reclama como industria cultural.


    Tiempos aciagos estos tiempos, tal vez por ser demasiado interesantes.
    Cuando hacer feliz al lector, que es nuestra única razón de ser, sea compatible con el lucro necesario y bienvenido, cada uno de los actores volverá a encontrar su sitio.


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