Enviado por Julio A. a la lista librosgratis.
Ayer, 9 de marzo de 2010, por la tarde, se inauguró oficialmente la Biblioteca
Virtual de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de
Buenos Aires. Fue con un acto en una de las aulas del subsuelo del pabellón II.
Fue como toda tradición de "Exactas": el decano en mangas de camisa, predominio de pantalones vaqueros, bolsos y morrales, algún saco y corbata, pero nada de trajes lustrosos, corbatas italianas de seda y peluquines o tinturas ridículas.
Las mujeres con el ínfimo arreglo y el acostumbrado paupérrimo consumo de cosméticos. En ese ambiente lo "fashion" vive menos que un tulipán en el Sahara.
En fin, como decía un amigo de Arquitectura (Pabellón III): "cuando ves entrar un "aparato" (masculino o femenino), enseguida sabés que viene de Exactas...".
Luego de palabras breves del decano y de la secretaria académica, los responsables: Ana Sanllorenti (subsecretaria de biblioteca) y Martín Williman (responsable del proyecto Biblioteca virtual) describieron el proceso de gestación de la biblioteca digital.
Como todo proyecto de Exactas, sin recursos o muy pocos y mucho empeño personal. Les llevó tres años y, como es habitual, habrá fallas y tropiezos en el comienzo. Pero va a funcionar.El acto continuó con un panel de conferencistas sobre la Comunicación Científica y el Acceso Abierto.
Hablaron Alberto Kornblihtt, ex decano, biólogo, Roberto Fernández Prini, físico químico y Dominique Babini de CLACSO.Las tres exposiciones fueron muy interesantes y traté de tomar apuntes, porque eran demasiados los puntos de contacto entre el problema de la difusión científica y las restricciones que se quieren imponer en la web sobre el libre acceso a los libros.
La difusión científica tienen una concentración del 60% en tres editoriales comerciales. Aún las que presumen de libres, como PLOS requieren de pagos para su publicación. Por ejemplo 2300 u$s por "paper".
En el caso de Argentina, con una media de 6.000 papers por año, resultan a un costo mínimo de u$s 900 por paper, son u$s 5.400.000. Una cifra que englobaría el presupuesto de cientos de proyectos de investigación en la Argentina.Pero también están los costos, simplemente de hacer el "referato" del material que se ingresa: decidir si el artículo tienen el nivel o no como para
ser incorporado a la bilbioteca.
Si no se actúa así, los sitios se inundan de material inconsistente y termina devaluándose.
Hay muchos otros problemas, como por ejemplo que el 95% de los ingresos se hace por vía de los buscadores, principalmente yahoo! y google. Y en estos las citas no suelen ser las correctas, aparte de permanecer siempre con la sospecha de direccionalidad intencionada. Otro tema son los hackers, que suelen entrar por las bibliotecas virtuales para acceder luego a los servidores de las redes de las universidades.
Y el permanente problema con las leyes de Derechos de Autor. Pero hay buenas señales: en todo el mundo, y en especial en USA, con la Administración Obama, hay una tendencia a permitir el
libre acceso a la información científica, cuando fue financiada con fondos públicos en universidades públicas. Para quien quiera conocer más a fondo el tema de la difusión científica y las bibliotecas virtuales,
En este trabajo, si bien la experiencia de la autora, Dominique Babini, una de las conferencistas ayer, está orientado a las Ciencias Sociales, los conceptos son perfectamente aplicables a toda la difusión científica y educativa.
Ayer me encontré con varios saurios de mi época, de allá lejos, del Jurásico Tardío.
Debo reconocer que el acto tenía un sabor de reivindicación histórica: ¿hubiera imaginado yo mismo que en los tiempos de "Clementina", la primera computadora, allá por los '60, vería como vamos llegando a nuestra incipiente Biblioteca Virtual en la web? Sí, en esos años, como material de un cuento de ciencia ficción. Los pibes que hicieron la biblioteca virtual no sé si se dan cuenta que la libertad de acceso que brindan es como parte de una larga revancha por la Noche de los Bastones Largos y todo lo que siguió.
Y nos queda la pregunta....¿ y si lo que se paga como canon a CADRA se destinara a bibliotecas virtuales...?
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