domingo, 21 de marzo de 2010

Un socorro desde la web

Mientras en la Argentina el aborto se traba en el Congreso a través de la web se buscan alternativas, ojalá en algún momento haya un debate en serio sobre el tema:

Fuente Página 12.

El sitio envía las píldoras por correo postal si las mujeres no las consiguen en su país. Y les brinda supervisión “telemédica”, además de consejería y apoyo de especialistas por mail. La interrupción del embarazo con medicamentos crece en Argentina y América latina.

Por Mariana Carbajal

Desde Lisboa

Cada vez más mujeres que deciden interrumpir voluntariamente un embarazo en América latina recurren a un aborto con medicamentos y lo realizan en la intimidad de sus hogares, más allá de las restricciones legales que hay en cada país. Así lo hizo Gladys, una porteña treintañera, madre de tres hijos, que acaba de relatar su experiencia en www.womenonweb.org, el sitio que nació en Europa para ayudar a acceder a un aborto a mujeres de países donde está criminalizado: les envían las píldoras por correo postal –si no las consiguen localmente– y les brindan supervisión “telemédica”, además de consejería, contención y apoyo de especialistas por e-mail. “Recibimos consultas de toda Latinoamérica, incluida Argentina, de mujeres que buscan un aborto seguro”, confirmó a este diario la portuguesa Cecilia Costa, a cargo, desde Lisboa, del vínculo con las mujeres de habla hispana.

Costa fue una de los doscientos participantes, entre ellas cuatro argentinas, que se congregaron durante tres días en la capital de Portugal para participar de la conferencia mundial del Consorcio Internacional por el Aborto con Medicamentos (ICMA, por su sigla en inglés), una organización que desde 2002 se dedica a la promoción del acceso a esta práctica y que ha desarrollado un paquete informativo para mujeres, profesionales de la salud y decisores políticos traducido en siete lenguas al que se puede acceder en http://www.medicalabortionconsortium.org/.

La cumbre en Lisboa reunió a activistas “por el derecho al aborto legal y seguro”, a investigadores y profesionales de la salud de 56 países de Europa, Asia, Africa, Oceanía y América. Página/12 fue el único medio presente. El impacto y la expansión del aborto con medicamentos en todo el mundo fueron los ejes del encuentro.

“El aborto con medicamentos ha transformado la gestión de esta práctica en contextos de ilegalidad. Por primera vez las mujeres disponen de un método seguro y eficaz, que puede ser suministrado por ellas mismas y no precisan intervención médica”, destacó en diálogo con Página/12 la peruana Susana Chávez, secretaria ejecutiva del Consorcio Latinoamericano contra el Aborto Inseguro (Clacai), una iniciativa que reúne a integrantes de organizaciones de mujeres, investigadores y proveedores de servicios de la región. Es una de las cuatro redes que forman parte de ICMA.

“Mañana trabajo”

“Aborté ayer y acá estoy, un día después, contando mi experiencia para quien esté pasando por esto ahora. Sepan que Women on Web las va a ayudar y no se van a sentir solas”, contó Gladys en el sitio de la organización después de realizarse el aborto en su casa, unos días atrás. “Era lo que sentí que tenía que hacer. Ya tengo hijos y mis circunstancias personales me hicieron tomar la decisión”, escribió. “El servicio de ayuda en línea de Women on Web, que trabaja bajo la supervisión directa del médico, le ayudará cada vez que lo necesite”, se aclara en el site. Gladys está casada y vive en la ciudad de Buenos Aires. Se definió como cristiana. Dijo que sólo comentó su decisión con su marido, y que él la apoyó.

La entidad que gestiona el sitio, en la que trabaja la portuguesa Cecilia Costa, envía a los países donde el aborto no está legalizado ni la medicación indicada para la interrupción del embarazo. A cambio, pide una donación de un mínimo de 70 euros –unos 370 pesos– para poder mantener el servicio. A la Argentina demora en llegar el sobre entre 12 y 14 días. “Aunque sé que era lo que tenía que hacer, no deja de ser angustiante”, relató Gladys. Y siguió: “Women on Web respondió todos mis mails, la angustia y ansiedad esperando el paquete me hacían escribirles todos los días, y al instante recibía los mensajes tranquilizadores. Mañana trabajo nuevamente y tengo que hacer como si nada pasó. Espero que mi relato las ayude: hace quince días me ayudó a mí leer las historias de otras mujeres que pasaron por mi situación y fueron de gran ayuda”.

Drogas esenciales

El tratamiento que envía Women on Web combina dos drogas: misoprostol y mifepristona. La segunda no está autorizada en el país, pero sí en Estados Unidos y Europa. Por eso en Argentina como en el resto de América latina el fármaco usado para interrumpir voluntariamente un embarazo es el misoprostol. El aborto no punible a A. G., la niña de 15 años de Comodoro Rivadavia violada por su padrastro, que recurrió a la Justicia para poder terminar con esa gestación forzada, se realizó días atrás con medicamentos en un hospital público de la ciudad chubutense de Trelew.

El misoprostol se vende en las farmacias, con receta, bajo el nombre comercial de Oxaprost. Protege a quienes tienen úlcera gástrica de los efectos indeseables de los antiinflamatorios. Cada caja de Oxaprost trae 16 comprimidos y cuesta unos 230 pesos en el ámbito metropolitano. Sin embargo, en algunas ciudades más alejadas de la Capital Federal su precio puede llegar a 400 pesos o más. Pero las mujeres, muchas veces, no consiguen un médico que les haga una receta. Algunas farmacias “amigables” venden las píldoras por unidad. En el mercado negro se puede conseguir a 50 pesos o más cada pastilla. Se requieren alrededor de 12 comprimidos, según el caso. El sitio http://www.medicalabortionconsortium.org/ publica las aclaraciones necesarias. También existe la línea 011-156-664-7070 denominada “Más información, menos riesgos” (ver aparte).

En realidad, el aborto con misoprostol es una técnica que se utiliza hace ya más de una década en la Argentina como en el resto de América latina, y hace unos veintes años que está disponible en Europa. El boca en boca permitió que las mujeres lo conocieran. “Es una tecnología revolucionaria que ha introducido un cambio significativo en el acceso al aborto seguro porque salva la vida de las mujeres y resguarda su privacidad”, coincidió la investigadora argentina del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes) Silvina Ramos, oficial de enlace de las cuatro redes regionales de ICMA. “Las mujeres deciden un aborto independientemente de las restricciones legales. En la Argentina se usa el misoprostol como en prácticamente todos los países de América latina”, apuntó. También participaron de la Conferencia las argentinas Mariana Romero, médica e investigadora del Cedes, y la ginecóloga Sandra Vázquez, del Servicio de Adolescencia del Hospital Argerich, de la Ciudad de Buenos Aires, donde se desarrolla un programa de consejería pre y posaborto dirigida a jóvenes que llegan con embarazos no deseados y manifiestan su decisión de no continuarlos.

“Es una realidad que el aborto con medicamentos se expande en la región. Si se observa cómo han evolucionado las ventas de misoprostol en América latina, se verá que han crecido notablemente y no creo que la gastritis haya aumentado mucho en nuestros países”, apuntó a este diario el peruano Luis Tavara, coordinador del Comité de Derechos Sexuales y Reproductivos de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Ginecología y Obstetricia (Flasog). Existen unas 17 marcas de misoprostol comercializadas en América latina. Paraguay es el único caso en el que sólo se encuentra en forma clandestina. Hay también píldoras falsas que circulan en un mercado negro y además, se ofrecen por Internet y a través de correos electrónicos, como los medicamentos para las disfunciones sexuales, se comentó en el marco de la Conferencia de Lisboa.

“El misoprostol está incluido dentro del listado de drogas esenciales de la Organización Mundial de la Salud”, subrayó Tavara. La mifepristona también. Además de producir un aborto, el misoprostol tiene otros usos en obstetricia. De hecho, es muy utilizado en las maternidades argentinas.

La expansión del aborto con medicamentos está demostrando ser un mecanismo de acceso a una interrupción voluntaria de embarazo, una estrategia de reducción de daños, que las propias mujeres promueven ante la falta de políticas sanitarias que garanticen los abortos sin riesgo con la mejor tecnología disponible en países como la Argentina. Sacarlas de la clandestinidad es una responsabilidad del Congreso.







La línea de ayuda:

Por Mariana Carbajal

Entre 13 y 15 mujeres se comunican cada día en la Argentina a la línea “Aborto: más información, menos riesgos” para saber cómo interrumpir un embarazo con medicamentos. Seis de cada diez viven en Capital Federal y Gran Buenos Aires, detalló Verónica Marzano, integrante de la organización Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto, que gestiona el (011) 156-664-7070, adonde se puede llamar o enviar un mensaje de texto. Brindan información generada por la Organización Mundial de la Salud y la Federación Latinoamericana de Sociedades de Obstetricia y Ginecología (Flasog). Una experiencia similar se lleva adelante en Chile y Ecuador. “Las que llaman solas siguen siendo una excepción, la mayoría son mujeres adultas y buscan información de aborto en familia, acompañadas por alguien cercano”, agregó Marzano. “Nos han llamado mujeres que tenían turno para un aborto quirúrgico, pero querían saber de este método porque su médica/o nunca se los había informado. También mujeres que estaban por sacar un crédito para el quirúrgico y querían saber del aborto con misoprostol. Otras habían escuchado algo de la pastilla, pero no sabían si es seguro o no y no tenían la información correcta”, detalló. Según la experiencia recogida por los llamados a lo largo de casi ocho meses, desde que se lanzó este servicio, “para una gran cantidad de mujeres el aborto con medicamentos se está convirtiendo en su primera opción, desplazando tanto métodos caseros menos seguros como abortos quirúrgicos clandestinos”.

Fuente Página 12.


Tercera causa de mortalidad

Por Mariana Carbajal

En América latina el aborto inseguro es la tercera causa de mortalidad materna. En Argentina, la primera desde hace más de veinte años. “El aborto es una práctica extendida en todos los sectores sociales. La característica general en nuestra región es la restricción legal en relación con su acceso y la dificultad de los Estados en atender aquellos casos que la ley permite”, consideró Susana Chávez, quien encabeza en Lima el Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos (Promsex). Latinoamérica y el Caribe son las regiones con la tasa de incidencia de aborto inseguro más alta del mundo junto con el continente africano: 29 abortos inseguros cada 1000 mujeres en edad fértil, de acuerdo con las últimas estadísticas publicadas por la OMS. Significa que anualmente alrededor de 3.900.000 mujeres interrumpen voluntariamente un embarazo sin la garantía de un procedimiento seguro en términos sanitarios. De ese total, según cifras de la OMS, 2.900.000 ocurren en Sudamérica. “El aborto con medicamentos ha disminuido de manera significativa la peligrosidad de una interrupción voluntaria de embarazo en un contexto de clandestinidad, pero todavía su impacto positivo no se observa en la misma medida en las poblaciones más vulnerables de Latinoamérica”, observó Chávez. En los únicos territorios de América latina y el Caribe donde es legal la interrupción voluntaria de un embarazo a demanda de la mujer es en Cuba, Puerto Rico, Guyana y la ciudad de México. La principal causal permitida en el resto de los países es el riesgo para la salud y la vida de la mujer y en algunos casos, como en Argentina y Brasil, si el embarazo es producto de una violación. Pero son recurrentes en la mayoría de las provincias argentinas los obstáculos arbitrarios para el acceso a los abortos no punibles. En Nicaragua, Chile, El Salvador y República Dominicana no hay excepciones: incluso está criminalizado el aborto terapéutico, es decir, cuando si prospera la gestación se puede morir la mujer. Por estos días, sacude a Nicaragua el caso de “Amalia”, parecido al de la santafesina Ana María Acevedo, una nicaragüense de 27 años que tiene un cáncer muy agresivo y está embarazada, y le negaron el aborto terapéutico y los médicos, para no afectar al feto, demoraron dramáticamente la aplicación de quimioterapia.


Límites y precauciones a tomar


La Federación Latino Americana de Sociedades de Obstetricia y Ginecología (Flasog) editó un manual sobre el uso del misoprostol, que también se puede consultar en su página web www.flasog.org. El trabajo, que recoge resultados de múltiples estudios, señala que el misoprostol está indicado “en todos los casos en que se requiera la interrupción segura del embarazo, sea en el primer o en el segundo trimestre de gestación”.

No se recomienda el uso de ese medicamento para un aborto en mujeres con las siguientes condiciones: disfunciones hepáticas severas, sospecha de embarazo ectópico, coagulopatías o tratamiento actual con anticoagulantes, o alergias a las prostaglandinas. La Flasog agrupa a las sociedades y federaciones de la especialidad, incluida la argentina.

El manual indica que hasta las 9 semanas de embarazo el aborto con misoprostol “puede ser usado sin requerir hospitalización de la mujer”. En la interrupción del embarazo de 10 semanas o más, “sea cual fuese la indicación, es imprescindible que la paciente permanezca en el hospital”, hasta la finalización del proceso abortivo.

El sitio de Women on Waves, que brinda información sobre el aborto con medicamentos, explica: “La experiencia y los riesgos de un aborto causado por misoprostol son similares a los causados por un aborto espontáneo. El aborto espontáneo ocurre en el 10% de los embarazos. Por lo tanto, el tratamiento de las complicaciones es el mismo que en los abortos espontáneos. Si hay un problema, la mujer siempre puede concurrir a un hospital o a un médico. El médico la va a tratar como si hubiera tenido un aborto espontáneo”.

Fuente Página 12.





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