lunes, 15 de febrero de 2010

Sigmund Freud, autor em dominio público


Fuente, diario "O Estado de São Paulo"
Antes habíamos comentado que los libros de Sigmund Freud entraban en dominio público, una nota que nos dice qué consecuencias podría tener que ésos libros entren en dominio público:

Fuente, diario "O Estado de São Paulo"


A partir de este año, sus libros pueden ser traducidos sin ningún aval de los especialistas: ¿qué representará ésto?

Sérgio Telles

La propiedad intelectual está protegida por convenciones internacionales, a las que los países adhieren de forma variada. Una consecuencia importante de la propiedad intelectual es su cesación, momento en que la obra cae em dominio público, pudiendo ser libremente utilizada. En la mayoría de los países occidentales, las obras entran en dominio público 70 años después de la muerte de sus autores. O más exactamente a partir del 1º de enero (Día del Dominio Público) siguiente. En 2010, entra en esta condición la obra de 563 autores, entre ellos Freud, W.B. Yeats y Ford Madox Ford.

El tema del dominio público es de enorme relevancia y el advenimiento de internet lo hizo aumentar más todavía. La Web, hecho inédito en la historia de la humanidad, permite a un gran número de personas el acceso gratuito a la información y al conocimiento.

Con la entrada en dominio público de la obra de Freud, cualquier editorial puede realizar nuevas traducciones sin pagar derechos de autor y, sobre todo, sin ningún tipo de control o supervisión, como ocurría hasta ahora, cuando las instituciones psicoanalíticas ponían su firma en determinadas casas editoriales y traductores, configurando las "versiones autorizadas".

Y es justamente aquí que reside el nudo del problema. ¿Como quedaría la lectura descontextualizada de los escritos de Freud? ¿Hasta qué punto traducciones descuidadas corromperían un acervo de inestimable valor? ¿Cómo preservar el complejo edificio teórico que Freud nos legó sin momificarlo en dogmas? ¿Seria necesario un "nihil obstatur" y un "imprimatur" de las instituciones, partiendo del hecho de que la producción freudiana, para ser plenamente comprendida, necesita ser leída de forma cronológica, ya que los conceptos se modifican y reorganizan con el transcurrir el tiempo?

La obra de Freud, escrita en alemán, fue traducida del original y publicada integralmente en apenas otras cuatro lenguas - inglés, italiano, español y japonés. En los casi otros 60 idiomas en que tuvo sus textos publicados, Freud fue traducido no del alemán y sí del inglés, principalmente de la famosa Standard Edition, de James Strachey, publicada entre 1943 y 1974.

Vinculado al grupo Bloomsbury, del cual participaba Virginia Woolf, Strachey hizo una traducción extraordinaria, organizando un sistema de referencias cruzadas que permiten al lector seguir la evolución de los conceptos. Strachey también substituyó términos habituales de la lengua alemana por neologismos como "catexia", "ego", " id", etc. En semejante equívoco incurriría el equipo liderado por Jean Laplanche en Francia, que afirma que Freud habría usado no la lengua alemana y sí un "freudianés", un idioma especial, llevando al grupo a crear neologismos para dar cuenta de tales supuestas peculiaridades. La psicoanalista e historiadora del psicoanálisis Elizabeth Roudinesco critica tal decisión y dice que Laplanche está produciendo una "versión patológica de la obra freudiana".

Tales distorsiones son comprensibles. Maestro de la lengua, Freud recibió el Premio Goethe, mayor honra para los escritores de lengua alemana. Su obra está escrita en un alemán corriente, accesible a cualquier lector culto. Sin embargo, al ser llevada a otras lenguas, su rico lenguaje les parece a los traductores dejar poco "serias" algunas construcciones teóricas, haciéndolos realizar formulaciones mas "técnicas", juzgadas por ellos más adecuadas para presentarlas al mundo "científico".

Estas distorsiones son sintomáticas, mostrando como el estatuto de la obra escrita de Freud refleja las ambigüedades del lugar que el propio psicoanálisis ocupa en el campo del saber. ¿Literatura o texto científico? ¿Arte o ciencia? ¿Cuál es el carácter de cientificidad del psicoanálisis? ¿Cómo medir la veracidad de sus conceptos, sus resultados terapéuticos? Estas son cuestiones epistemológicas que ya preocupaban a Freud y que permanecen como de máxima importancia. Sabemos que el psicoanálisis produce conocimiento, sus hipótesis teóricas tienen coherencia interna, pero - como era de suponerse, en función de la materia con la cual trabaja: la singularidad del psiquismo y la sensibilidad - su práctica no puede ser mensurable o replicable como en las ciencias naturales.

Tal vez sin el enyesamiento institucional y el peso de las versiones "oficiales", los lectores se sientan menos intimidados para aproximarse a Freud, pudiendo así descubrir la belleza de su estilo, la fluidez de su discurso, la fuerza convincente de su argumentación. Al contrario de lo que ocurre con los textos de algunos de sus discípulos, como Melanie Klein y Jacques Lacan, la obra escrita de Freud es de una claridad cristalina, establece un permanente diálogo con el lector, logra despertar su curiosidad intelectual y lo acompaña placenteramente en el avanzar de su razonamiento.

Como muestra de la forma transparente y pedagógica con la que compuso su obra, Freud tenía el mayor interés en tornarla accesible a todos, en divulgar su pensamiento. Con este explícito objetivo, escribió varios textos, como las Cinco Lecciones de Psicoanálisis, conferencias pronunciadas em 1909 en Clark University (Estados Unidos); el berbete "Psicoanálisis" para la Enciclopedia Británica (1926) y las 35 Conferencias Introductorias (1917 y 1932).

Aún hoy algunos temen que la divulgación del psicoanálisis lo haya banalizado o superficializado. Vemos que no es lo que pensaría el mismo Freud. Es preferible la divulgación del conocimiento, incluso corriendo el riesgo de la vulgarización, que retenerlo y dejar prevalecer la ignorancia y el desconocimiento.

Que las futuras traducciones reúnan nuevos amigos para Freud, reforzando la defensa de su pensamiento permanentemente atacado por haber mostrado la dimensión inconsciente del psiquismo, haciendo con ésto desmoronar certezas hasta entonces tenidas como inquebrantables.

Sérgio Telles es psicoanalista y escritor, autor de O Psicanalista Vai ao Cinema I e II (Casa do Psicólogo), entre otros libros.


1 comentarios:

mirtasusana dijo...

Bueno, las traducciones "apócrifas" son comunes en los seminarios de Lacán, y han sido una necesidad, dado que Miller, el "autorizado", no daba su aprobación para gran cantidad de seminarios, y aún faltan algunos.

La traducción de Ballesteros de las Obras tiene fuertes errores como traducir pulsión por instinto, no obstante es a mi gusto, la que más refleja el estilo de Freud, maestro con la pluma. Veremos que sale.

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