viernes, 22 de enero de 2010

Las miradas , o algunas miradas de Haití


Leyendo una entrevista a una argentina que estaba en Haití me quedo algo perplejo, está bien, ella fue influenciada por una amiga que era hija del embajador argentino en Haití, ahí uno piensa ¿Qué sabrá de la vida la hija de un embajador?, ¿Qué sabrán los miembros del Servicio Exterior de la Argentina sobre lo que les pasa a los argentinos en el Exterior?, no lo se.
No tuve buenas experiencias, en la época de la dictadura en los consulados argentinos en el Exterior te trataban como si fueras una mierda...Hoy no se, tal vez no te traten mal en todos lados pero la sensación es que si sos un ciudadano común, y más si tenés alguna necesidad no servís para mucho. La sensación es de que es un kiosco, ellos venden algo que vos estás obligado a comprar y ya está...

Leo entonces la nota en el diario:

"Antes de ir a Haití, en 2002, ella trabajaba en Aeropuertos Argentina como secretaria del director de Recursos Humanos. Cuenta que en esos días post corralito, le tentó la idea de viajar al escuchar a una compañera de trabajo que era hija de un ex embajador argentino en Haití. “Mi compañera había vivido allá cuando era adolescente, decía que era un país fantástico, muy lindo, que tenía playa, una nueva cultura, un nuevo idioma, que se podía trabajar bien, que se podía ahorrar. Me aclaró que era un país pobre pero no tanto como decían”, recuerda ahora, sentada en el comedor de la casaquinta de su madre."

"

–¿Y cómo era el trabajo en la textil Hanes?

–Era gerenta de calidad. Fabricábamos remeras, pantalones, medias. Muchas empresas norteamericanas les dan esos trabajos a los haitianos porque la mano de obra es barata.

–¿Había huelgas?

–Había huelgas por la paga o por problemas de calidad. Ellos cobran por docena de prendas y si la calidad de una prenda de la docena no era buena, se para la docena y no se paga, y ellos pierden plata y tiempo."


Ahora, no aclara quiénes pierden plata y tiempo si los obreros que no podrán cobrar la docena de prendas o la empresa.....Debería aclararlo...

Ella era la gerenta de calidad...¿Qué sentiría cuando sabía que por una prenda de mala calidad le dejaban de pagar la docena?



"–¿Cómo es la relación entre blancos y negros?

–Para los negros, si sos blanco tenés plata, aunque no sea así. Es automático.

–¿Hay segregación?

–No, cualquiera puede entrar en cualquier lugar.

–Mientras pueda pagar.

–Sí, bueno, en ese sentido, a nivel de consumo hay segregación. Además los blancos, desde los secuestros y los robos, no caminan por la calle. Se mueven en camionetas. Me pasó a mí, de andar caminando y que un alguien me dijera “qué hacés, loca blanca, caminando sola”. Hay cierto resentimiento. En verdad Aristide incitó esto. Decía: “¿Por qué el blanco tiene dos casas y nosotros ninguna, dos autos y nosotros ninguno? ¡Qué nos den un auto, una casa! Pero no todos los negros te odian. La gente de 40 o 50 es más amigable, te tratan muy bien, no crecieron con Aristide."


Y los de 40 o 50 crecieron con Papa y Baby Doc....

No se, me queda la duda, ¿qué será lo que conoció de Haití esta persona?.



La otra posible cara de la nota:

La Invasión Consentida

"En noviembre tuve la oportunidad de visitar Puerto Príncipe durante diez días y lo que más me llamó la atención no fueron los pobres sino los ricos que viven en Haití y suelen pasar desapercibidos en la mayoría de las crónicas periodísticas. En el imaginario social que esos relatos ayudan a construir, Haití es sinónimo de hambre y desolación, pero su característica más distintiva no es la pobreza sino la desigualdad, lo que deja entrever que a algunos no les va tan mal. De hecho, el coeficiente Gini, que mide el grado de concentración del ingreso, es el más alto de toda América con 0,66, incluso por encima de Brasil que tiene 0,61."

"Para ellos no es una “invasión” porque cada vez que sus negocios estuvieron en riesgo por la recurrente inestabilidad política y social se reposaron sobre la principal potencia continental a la espera de que pusiera orden. Siempre necesitaron a las tropas estadounidenses para asegurarse de que nada cambie. De hecho, fueron los marines quienes en febrero de 2004 forzaron la renuncia de Jean Bertrand Aristide y lo llevaron al exilio cuando el entonces presidente avanzó con algunas reformas sociales poniendo privilegios en riesgo. Ahora tampoco están dispuestos a que el terremoto permita barajar y dar de nuevo. Confían en los marines para volver a descansar en la cima de las montañas, lejos de los pobres y cerca de Estados Unidos."


0 comentarios:

Publicar un comentario