Fuente Último Segundo.
"El asunto que provocó mayor reacción de la triguna, sin embargo, fue el debate de la nueva ley de derechos de autor. Después de alejar al antiguo Director de Propiedad Intelectual del Ministerio de Cultura [MinC], Marcos Souza, principal articulador del anteproyecto que seria entregado a la Casa Civil, la ministra volvió a colocar el texto en consulta pública hasta finales de mayo. Según ella, representantes de muchos sectores – como fotografia, literatura y design – habían dicho no haber participado del proceso. Al afirmar que las nuevas contribuciones al proecto serian colocadas en el site del ministerio de forma anónima, sin autoria, fue muy cuestionada por el público presente, pero terminó la charla de forma seca: "No voy a quedarme en una gritería".
Sobre la reivindicación de un mayor control del Ecad [SADAIC brasileño], órganismo privado responsable por recaudar y repasar royalities a los compositores de música en el país, la ministra declaró que la fiscalización será hecha dentro de la legalidad, sin interferencia directa del gobierno. "Nos preocupamos mucho con el autor, no podemos dejar que sea perjudicado. El interés de todos es de que el Ecad funcione bien. Él [el Ecad] tendrá supervisión hasta donde la ley lo permite. Una intervención seria demasiado."
Ana de Hollanda, que descartó por la mañana la posibilidad de dejar el cargo, se fue sin hablar con la prensa, lo que causó confusión entre periodistas y la seguridad de la asambléa. Dejó atrás a una multitud con pedidos y documentos en las manos, prueba de que, si la Cultura vivia al margen en gestiones pasadas, en el gobierno Dilma se transformó en pauta de primer orden.
Fuente Último Segundo.
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