Once Libre es uno de esos frágiles oasis que de vez en cuando florecen y sobreviven en medio de la devastación cotidiana. Tan habituados estamos a convivir con la maquinaria que lo todo mide en valor y mercancía, y convierte con ejemplar eficacia cada flor del deseo humano, en producto de mercado tan provechoso como estéril, que los espacios liberados desconciertan. Algo tan simple como construir mundos habitables para la existencia genuina (algunos le llaman arte): bombas semilla, cultura libre, guerrilla huerta, antenas libres, y piratería.
El tercer piso del viejo hotel ubicado frente a la Plaza Miserere, estaba en ruinas, lleno de escombros, inutilizable. En pocos meses, a fuerza de puro trabajo voluntario, a pulmón y sin un solo peso, la gente de Articultores lo transformó en una inesperada fuente de intensa actividad cultural: hay decenas de artistas como residentes (plásticos, escultores, fotógrafos, performers) de Argentina y otros países, trabajando en un espacio de creación compartida. Se realizan talleres gratuitos de temas tan (aparentemente) disímiles como construcción y cocina con horno solar, armado de antenas para redes wi-fi libres, pintura libre, huertas urbanas, música electrónica o instalación de software libre. Publican "Articultores", una revista bimensual libre. Hacen un programa de radio. Partido Pirata tuvo su Piratefest y Buenos Aires Libre su HackLab. Actividades todas libres, gratuitas y abiertas a la comunidad.
Desalojo inminente
En estos momentos (miércoles a la madrugada), los compañeros de Articutores / Once Libre están sin luz, encerrados y a la espera de un desalojo inminente (no judicial). Hay que destacar que el espacio de Once Libre no se ocupó clandestinamente, le fue cedido, con el apoyo de la Secretaría de Cultura de la Nación, la Central de Movimientos Populares y la Comisión de los Familiares de los ex-combatientes de MalvinasAparentemente, desacuerdos entre los grupos que están encargados del lugar, motivaron esta situación crítica. Es de esperar que tanto trabajo valioso realizado no se malogre y no se pierda un espacio de cultura popular, en una ciudad donde no sobran (y los vientos políticos capitalinos no avisoran ningún cambio). Cualquiera que simpatice con la idea del arte como una práctica social cuyo fin no es constituirse en adorno de lujo del poder o clases privilegiadas, ni un producto vacío para consumo, sino una actividad compartida, popular, y que por si fuera poco reforesta la ciudad de alimentos, pueda dejar de tener a Once Libre como un lugar valorable.
Confiamos de que exista voluntad para llegar a un entendimiento, y no se termine cortando la cadena por el eslabón mas débil: los espacios culturales abiertos a la comunidad, autogestivos, que lógicamente no tienen grupos de choque para resistir.
Existen muy pocos lugares físicos que sirvan para a la difusión de la cultura libre, o que hayan tomado los principios del software libre para articularlo con otras formas de expresión cultural, lo cual hace a Once Libre doblemente valioso para quienes creemos en modos alternativos de producción y distribución de bienes culturales.
Creo que los compañeros de Once Libre, al menos necesitan saber que tienen nuestro apoyo.
Más info: twitter de Once Libre, grupo en Facebook, sitio oficial de Once Libre y de Articultores.
Fotos de Once Libre y Fuente de la nota en "Derecho a Leer"
0 comentarios:
Publicar un comentario