En otra entrada del blog había colocado que tal vez los libros digitales estuvieran ganándole a los impresos ahora leo algo que me devuelve un poco la confianza de que siguen siendo complementarios:
Fuente, Suplemento Aliás, Diario "O Estado de São Paulo" Sérgio Augusto
En el día en que el nuevo best seller de Dan Brown llegó a las librerías del Hemisferio Norte, la vesión electrónica vendió mucho más que la edición impresa. Los corifeos del e-book y la propia Amazon, emporio exclusivo del Kindle, el iPod de los libros digitales, no festejaron la auspiciosa largada durante mucho tiempo y con más efusividad porque, en el medio de la carrera, la versión impresa de "El Símbolo Perdido" superó espectacularmente y cerró la semana con varios cuerpos de ventaja. De los primeros 2 millones de ejemplares vendidos, apenas 100 mil eran e-books. La industria editorial todavía depende más de la tinta, celulosa y cola de lo que supone la vana tecnofilia.
Pero igual no anda muy bien- como, además, casi todos los negocios que dependen de papel, gráfica y letras que no sean de cambio-, y sólo los exageradamente optimistas creen que la salvación esté en los e-books. Como ellos no respondieron por más del 1,6% de los libros vendidos en el primer semestre de este año, es mejor esperar sentado. Y rezar para que las futuras generaciones seducidas por el nuevo gimmick electrónico, tengan un poco más de gnas de leer, mayor capacidad de concentración y más anehlo de crecer espiritualmente. Incluso electrónico, un libro se destina, básicamente, a la lectura.
Toda la nota en el Suplemento Aliás, Diario "O Estado de São Paulo" Sérgio Augusto
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