http://horizontesurblog.blogspot.com/2008/10/editorial-del-domingo-5-de-octubre-de.html
De Horizonte Sur:
"Vienen tiempos difíciles. Con un poco de sensatez podemos darnos cuenta que la debacle de la globalización llegará en poco tiempo por estas costas, pese a la estulticia de muchos y a la soberbia de los que repiten el mantra de que estamos fuertes y no nos preocupa lo que a ellos pueda pasarles. El mundo globalizado es interdependiente. Ellos necesitan de nosotros pero nosotros también, necesitamos de ellos.
En especial cuando durante 25 años no se ha hecho sino abrirse al mundo de modo incondicional, a la vez que plegarse a los principios del libre mercado de la Organización Mundial de Comercio, mientras como el tero denostábamos al Fondo Monetario internacional.
Todo lo que tenemos como reaseguro en el Banco Central no son más que papeles que se emiten discrecionalmente por parte del Imperio para paliar la propia crisis financiera, papeles que no cuentan con mayores respaldos que no sean las dependencias de la globalización y el enorme respaldo de la China comunista al Capitalismo globalizado.
El verdadero respaldo que necesitaríamos en una época de debacle global como esta, sería la conciencia y la participación de nuestro pueblo en un proyecto y en un destino común, la decisión y la capacidad de alejarse del consumismo y apoyarse en las propias fuerzas, una dirigencia proba y competente dispuesta a trabajar incansablemente para rediseñar el territorio y establecer:
- redes locales de abastecimiento y contención de las necesidades de los sectores en mayor riesgo
- desarrollos locales que den trabajo y permitan autonomías y ahorro de energías
- preservación de los recursos naturales y especialmente del propio petróleo para abastecer el mercado interno, etc.
Este es el camino del DECRECIMIENTO y de los propios desarrollos.
El que venimos siguiendo, es todo lo contrario:
- aumento de las exportaciones de commodities para mercados que se derrumban estrepitosamente
- producción de pollos y engorde de vacunos en escalas cada vez más gigantescas e insustentables
- desaparición masiva de los pequeños productores y disminución de la producción de alimentos
- ausencia de mercados locales y de ferias a la vez que apoyo al mega supermercadismo
- mantenimiento de la exportación irresponsable de nuestro petróleo
- y compromiso de la agricultura en la generación de biodieseles para los inyectores de los autos europeos
- persecución por parte de los municipios a los vecinos que mantienen pequeños criaderos de producción familiar
- y desaliento a todo aquello que pueda significar autosuficiencia, incluyendo gallineros familiares, trabajo de la tierra, reparación de artefactos y reciclado de residuos.
Este es el camino del CRECIMIENTO, camino que hace muchos años venimos siguiendo en forma casi religiosa o acaso como un discurso único, y que no ha traído sino mayores sufrimientos para nuestro pueblo.
Ahora se acerca la hora de la verdad, y tendremos que elegir, no ya cuál camino pretendemos seguir sino acaso, si queremos sobrevivir o suicidarnos.
Estamos en medio de la crisis energética, con cambios climáticos que se acentúan, estamos en medio de la crisis que provoca la apropiación masiva de los recursos naturales por parte de las Corporaciones y, como si todo ello fuese poco, se suma ahora, la debacle financiera que está arrasando con las principales economías del mundo.
Podemos sentarnos a esperar y ver qué pasa, podemos confiar en el lexotanil de ciertos discursos y de ciertos líderes cien veces fracasados, o podemos poner manos a la obra, y tal vez, hasta hacer como el flaco de Gualeguaychú, irnos para el fondo a resilvestrear maíces y gallinas… que cada uno elija su camino.
Pensemos entonces qué modelo de país es en el que estamos metidos, y qué modelo es en el que nos gustaría estar...
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