Según página 12:
"Después llegaría el turno de la diputada Conti. El momento en que dio un estado de situación parlamentario en relación con el impulso por la despenalización. Entonces, se hizo la noche: “No se puede contar con el Congreso –dijo–, hay una connivencia peligrosa con los que piensan por la criminalización”."
Así que sería cuestión de que existan mejores candidatos o mejores partidos....
El artículo de Página 12 dice también:
"Aclaró que “la política prohibicionista es mundial, no vamos a ser nosotros los que podamos modificarla desde acá. Pero terminemos con el discurso absurdo de que con la prohibición vamos a hacer de-saparecer el consumo. Es el disparate más grande. Pero este disparate se consideró verdad. Es momento de dejar de sancionar a las víctimas. Es el momento de tratar a los enfermos. Que todo el esfuerzo que se dedica a perseguir a consumidores se dedique a perseguir a los traficantes de estos tóxicos baratos, terminemos con la política que desvía el esfuerzo estatal”. Y dijo que “a veces no sé si se hace de buena fe o es una fuente de formación de cajas”."
"“el alcohol desinhibe, la marihuana es de la época de los hippies, la cocaína es de la época en que había que estar brillante. Pero ahora nos ha llegado el tóxico de la miseria, que produce lesiones irreversibles”. Antes había dicho que la política de drogas, la prohibición, provoca una división por poder económico, y que los más pobres consumen drogas cuyos productores no tienen la menor intención de procesarlas con cierto control de calidad, son drogas baratas, que se hacen mal y que destrozan."
"Es momento de dejar de sancionar a las víctimas. Es el momento de tratar a los enfermos. Que todo el esfuerzo que se dedica a perseguir a consumidores se dedique a perseguir a los traficantes de estos tóxicos baratos, terminemos con la política que desvía el esfuerzo estatal”."
“Soy un consumidor de tóxicos –inició su discurso Raúl Zaffaroni, mientras en el público se detectaban gestos de sorpresa–. Tomo vino, pero tomo cada tanto. Algunos abusan y se emborrachan. Pero hay otros que toman y se hacen dependientes. En esos casos es que el ámbito del alcohol se vuelve criminógeno y parece tener una incidencia bastante alta en el homicidio en algunas provincias. Para controlarlo, entonces, aparece la idea ‘¿y si lo prohibimos?’, suponiendo que de esa forma se opera la desaparición. Pero en lugar de eso, lo que ocurre es que se eleva el precio y al mismo tiempo se lo priva del control de calidad. Es el momento de la Ley Seca. Y se produce una división por capacidad económica. Hay quien puede comprar un mejor tóxico, digamos que puede pagar que le traigan de contrabando un whisky importado, y hay otro que no puede pagar y compra alcohol metílico y se queda ciego. Lo que hizo la prohibición entonces fue elevar el precio, dividir por clases sociales, impedir el control de calidad, generar las industrias ilícitas y los servicios de distribución ilícitos. El proteccionismo estatal interviene pero para terminar favoreciendo a la empresa ilícita más poderosa, que es la que sobrevive.”
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