‘Link’ pasa la noche entre acampados en el Viaducto do Chá, filial de Occupy Wall Street en la ciudad
SÃO PAULO – A las siete da mañana del jueves, el responsable por la limpieza de la Plaza Ramos de Azevedo, en el centro de São Paulo, recomenzaba a limpiar desechos plásticos y papeles del jardim. Alexandre se acostumbró a las cas 100 carpas sobre el Viaducto do Chá y las decenas de carteles y benners con los dichos “la indignación no es suficiente” o “somos muchos, no tenemos miedo”. El ve ese panorama hace 26 días y todavía no entendia qué era todo eso. “Para mi es sólo ‘juntación’ de basura. Pero parece que es una protesta, una revolución, una tal democracia no se qué…”
El día 15 de octubre, personas de lugares variados se unieron para atender a llamado mundial convocado via internet – siendo Facebook la principal herramienta. La edición paulistana del movimiento era influenciada por los “indignados” de España y por el movimiento de Nueva York, Occupy Wall Street. Con ella, brotaron en el mundo más de otros mil Occupy diseminados en más de 80 países. En Brasil no fue diferente. Por aqui nacieron “filiales” en Río de Janeiro, Belo Horizonte, Salvador, Natal, Campinas y São Paulo.
En los Estados Unidos, el eslogan del movimiento resonó como un meme de internet: “Somos el 99%”. La frase hace referencia a la distribución de la riqueza en áquel país. En sites como 4Chan, Reddit y Tumblr hay fotos de personas, en general desempleadas, agarramdp un papel con un resumen de sus historias de disgustos y la frase “We are the 99%” al pié de página.
La estrategia de diseminar una idea por medio de memes en internet contagió a los demás movimientos. En São Paulo, por ejemplo, el grupo hizo uso de diversas herramientas de divulgación online: Facebook, Twitter, blogs, Livestream y Flickrs. El canal de YouTube de Acampa Sampa, como eran llamados los ocupantes de São Paulo al comienzo, cuenta con más de 50 videos.
La comunicación, sin embargo, sufre con las dificultades de infraestructura tecnológica típicas de Brasil, donde, al contrario de Nueva York, smartphones son más caros y la red 3G no se sintoniza bien. El acampamiento bajo el Viaducto do Chá – entre la Municipalidad y un shopping – sólo tiene energía cuando hay gasolina para alimentar al pequeño generador. Los ocupantes poseen pocas laptops y celulares y es muy raro ver algún modem 3G.
Por causa de las dificultades, la divulgación del movimiento y el diálogo con otras ocupaciones por el mundo depende de amigos que viven cerca y tienen conexión a internet – siendo llamados de “bases de apoyo”. Brasileños ligados al grupo Anonymous suelen hacer el puente con los acampamentos internacionales, enviando informes de la situación en la ciudad.
Causa. Los principios del grupo son claros: son contra la representación política por partidos y creen en la autogestión, sin jerarquia o líderes, características de la organización via internet. Ya las reivindicaciones establecidas en un manifiesto van desde transporte público gratuito hasta exigencias como la saída de Ricardo Teixeira de la Confederación Brasileña de Fútbol [CBF], descriminalización del aborto, y el fin de la homofobia, del racismo, del machismo y del uso de armas por parte de la policía en manifestaciones populares.
“Eso tiene que ser visto como un laboratorio de la democracia real. Si perguntás a diez personas por que están aqui escucharás diez respuestas diferentes”, dice la acampada Priscila Oliveira.
Hace un mes, el grupo fue obligado a acampar debajo del Viaducto do Chá por causa de la lluvia que cayó sobre la manifestación.Después de una semana durmiendo de forma improvisada bajo la mirada atenta de la Guardia Municipal, los manifestantes decidieron armar las carpas y fueron notificados de que eso era prohibido, pues se caracterizaria como ocupación del patrimonio público. No se dieron por aludidos y nunca fueron retirados de ahi. Le cambiaron el nombre de Acampa Sampa para Ocupa Sampa y siguen atrayendo nuevos “indignados”.
El jueves – vispera de la noche en que Link acampó con los manifestantes –, el grupo discutió si participaria de la paseata de los estudiantes de la Universidad de São Paulo (USP). Ambas manifestaciones fueron confundidas por haber surgido en la misma época. Ocupa se diferenciara, ya que las acciones del grupo de la USP son “aparateadas por partidos”, como dicen.
El mayor desafio de los ocupantes tal vez sea lidiar con las personas que ya vivían en aquel espacio antes de ellos: los sin techo, algunos bajo el efecto de drogas.
Pero fueron ellos los que les enseñaron como soportar el frio y como conectar el generador de energia. “Leí el manual y salió bien”, dice Alberto Roberto, “Cazuza”, que vive en la calle que aprendió solo a operar equipos de sonido y, hoy, es responsable por la radio del campamento. “El conocimiento libera, está en la Biblia: ‘y conocereis la verdad y la verdad os liberará’, no?”, dice.
Despacio, el día amanece y el ruido de los autoos y ómnibus en la avenida Nueve de Julio ya resuena por el Viaducto. Peatones, rumbo al trabajo, cruzan el campamento desviándose de las carpas con miradas de curiosidad y miedo. En la cocina, el equipo de Catarina Barbosa calienta el agua del café. Ella divide su tiempo ahi con su trabalho de chef en cocinas finas. Las luces del Viaducto se apagan y empieza un día más de clases públicas, asambleas, talleres de meditación y “facebookazos”.
Fuente Suplemento Link de "O Estado de São Paulo"
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