jueves, 21 de agosto de 2008

Ya hubo un proyecto para prohibir los transgénicos en la Argentina...Aunque sólo fuera el consumo de soja transgénica

Acá está el texto del proyecto del año 2007




El Senado y Cámara de Diputados,...

PROHIBICIÓN DEL
CONSUMO DIRECTO DE LA SOJA TRANSGÉNICA




Artículo 1º: Prohíbase en todo el territorio de la República Argentina el consumo directo de productos alimenticios, sustancias alimenticias y bebidas destinadas al consumo humano que contengan soja transgénica.




Artículo 2º: La verificación y control de la presente ley será competencia del Ministerio de Salud, quién establecerá un plazo límite para el cumplimiento de la presente.




Artículo 3º: En caso de verificarse el incumplimiento de lo establecido en el artículo 1º la autoridad de aplicación podrá proceder al secuestro y decomiso de los productos que posean la aludida leguminosa.




Artículo 4º. Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.




FUNDAMENTOS

Señor presidente:




La soja transgénica es una leguminosa cuyo uso en la industria de alimentos está ampliamente difundida, ya que de ella se obtienen diversos subproductos como aceites comestibles, proteína texturizada vegetal que es empleada en la industria cárnica, como también la lecitina, insumo utilizado en la industria galletera entre otros.




La transgénica es una técnica derivada de la biotecnología que consiste en cambiar intencionalmente una parte del material genético original por otro proveniente de otra especie, con el propósito de obtener beneficios adicionales que no presentan las especies convencionales.




Es así que surge la soja transgénica.
Dicho con otras palabras, las malezas compiten con los cultivos por los nutrientes y la luz, disminuyendo su rendimiento y calidad. Es por eso que los agricultores vienen empleando herbicidas, que en general sirven para determinado tipo de malezas y plagas y cuyos residuos persisten en el suelo por mucho tiempo. El empleo de cultivos transgénicos resuelve estos problemas, ya que son tolerantes a los herbicidas de amplio espectro como el glifosato o el glufosinato. Éstos, además de eliminar todas las malezas, se degradan en el suelo más rápidamente que los herbicidas tradicionales. Las plantas tolerantes a glifosato o glufosinato se obtienen por inserción de un gen aislado a partir de ciertos microorganismos, en el genoma de la planta. Los cultivos tolerantes a herbicida disponibles en el mercado mundial son la soja, el maíz y el algodón, aunque sólo la soja tolerante a glifosato se cultiva activamente.




Esta variedad de soja constituye casi la totalidad de los cultivos de Argentina y la coloca en el segundo lugar en la lista de países productores de cultivos transgénicos. Las más difundida es la soja "Round Up", que posee la particularidad de ser resistente a un herbicida específico: el glifosato, como se mencionó anteriormente. Si bien actualmente los alimentos derivados de la soja transgénica son comercializaos y cumplen con las normas de seguridad alimentaría establecidas por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (SAGPyA) y sus comités científicos asesores, muchas investigaciones y estudios están demostrando la peligrosidad del consumo
de productos alimenticios, sustancias alimenticias y bebidas que contienen soja
transgénica, incluso pone en duda la creencia popular sobre que su ingestión
brinda los nutrientes necesarios para tener una dieta nutritiva y equilibrada.




Es así como a nivel mundial la discusión sobre este tema, ha estado centrada fundamentalmente en dos aspectos: por una parte, en la inocuidad de los alimentos provenientes de organismos modificados genéticamente (OGM); y, por otra, en el etiquetado de los alimentos o ingredientes presentes.




A nivel mundial, una nueva normativa china dice que "todos los ingredientes de un alimento que sean, contengan o deriven de un cultivo transgénicos deberán ser etiquetados", incluyendo la soja.
Esto se alinea con el proceso que actualmente se da en Europa y seguramente
reforzará la posición de la Unión Europea ante la de los Estados Unidos y las
amenazas de la Organización Mundial del Comercio. Datos suministrados sobre la implementación en marzo del año pasado, del requerimiento del certificado en China, significó la pérdida de aproximadamente $180 millones de dólares para de las exportaciones sojeras de los Estados Unidos y de la Argentina, ya que las embarcaciones fueron detenidas. De esto se infiere que de mantenerse la misma tendencia en todo el mundo la soja transgénica se prohibirá el consumo directo por ser un producto alimenticio negativo para la salud humana, sino que también se transformará en un negocio no rentable. Por su parte, en Gran Bretaña, las compañías Unilever y Nestlé, dos de los gigantes de la industria, anunciaron que irán eliminando gradualmente los ingredientes transgénicos de sus productos, gracias a la campaña liderada por los consumidores. En Japón, las cervecerías Kirin y Sapporo y las molineras Itochu, Nippon y Fuji, junto con la Asociación de Tofu del Japón, entre otras, anunciaron que prohibirán los ingredientes transgénicos o que se abocarán a producir y vender productos no transgénicos. Por último, en Austria, ya el 90% de los supermercados se ha declarado libre de transgénicos.




Por otra parte, es importante destacar que el Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) manifiesta:
"Lejos de servir para paliar el hambre y la pobreza, la ingeniería genética aplicada a los alimentos ha contribuido a aumentar y controlar un mercado desigual e injusto (...)

El progreso tecnológico sigue estando lejos del alcance de los pobres"
y denuncia que sólo 10 empresas en el mundo controlan el 32% del comercio de
las semillas en un mercado que facturó 23.000 millones de dólares en 1998. En
este mismo sentido Greenpeace afirma que los organismos transgénicos no
obedecen a un requerimiento de la Unicef o de la OMS, sino a la lógica misma de la tendencia del mercado. E incluso, científicos de todo el mundo han advertido que plantas transgénicas pueden originar nuevos virus, o matar otras plantas o insectos, de tal manera que se ha manifestado que la "contaminación genética" puede ser irreversible y el asunto ha tomado tal dimensión que se estableció un Protocolo de Cartagena sobre la Seguridad Biológica, firmado por 130 países.




En Argentina la soja transgénica comenzó a ser utilizada a nivel de cultivo comercial en la campaña 1997/98. Se estima que el área sembrada ascendió a 1,4 millones de hectáreas obteniéndose una producción superior a 3,75 millones de toneladas, es decir el 20% del total país, y esto crece día a día. En nuestro país el 90 % de la soja que se cultiva es transgénica y el 60 % de los alimentos que se ofrecen en las góndolas están elaborados con estos organismos genéticamente modificados, demostrando la gravedad del asunto lo cual exige adoptar una posición al estar en juego la salud de nuestra población. Si bien durante la grave crisis social, económica, política y cultural que vivió nuestro país, año 2001/2002, la soja se transformó en "el alimento" a promocionar como medio para paliar la pobreza y el hambre, es decir como panacea capaz de reemplazar a todos los alimentos tradicionales que estaban fuera de la capacidad de compra de la mayoría de la población, no se indicó las contraindicaciones y efectos negativos que podía generar su consumo
masivo y prolongado. Así nacieron los planes de Soja Solidaria que se basaron en la donación por parte de los productores de un kilo de soja por tonelada
exportada.




Actualmente existen más de 20 proyectos de ley presentados en este Honorable Congreso sobre el etiquetado de los alimentos que contienen productos transgénicos y sobre su prohibición.




En definitiva consideramos urgente adoptar una determinación sobre el tema, la cual debe incluir la prohibición en todo el territorio de la República Argentina el consumo directo de productos alimenticios, sustancias alimenticias y bebidas destinadas al consumo humano que contengan soja transgénica.




Por las razones aludidas solicito de mis pares, la aprobación del presente proyecto de ley.-




Refrencias




1 Rackis, J. J., " Biological and physiological factors in soybeans," Journal of the
American Oil Chemists' Society, 51: 161A-170A, January 1974.




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