Fuente "O Estado de São Paulo"
Al ser preso y torturado, Ramy Essam se torna héroe de la revolución árabe, graba un CD y sale de gira para alertar: más sangre será derramada
BOLÍVAR TORRES , ESPECIAL PARA O ESTADO - O Estado de S.Paulo
Cuando explotaron las primeras protestas en la Plaza Tahir, en enero del año pasado, Ramy Essam era apenas uno más entre los miles de jóvenes anónimos que se reunían para gritar su enojo contra la dictadura de Hosni Mubarak. Estudiante de ingenieria civil y músico en una banda desconocida, llevaba la guitarra debajo del brazo para acompañar los gritos por libertad. Estaba en el lugar adecuado, a la hora adecuada. En un momento de súbita inspiración, escribió la canción
Arhal (Andate), un aviso directo al régimen que rapidamente se tornaria el himno de la Primavera Árabe, amplificando la mobilización.
Los versos se diseminaro por todo Egipto, tuvo millones de visualizações en YouTube y sus performances en el escenario permanente instalado en la plaza lo transformaron, de la noche a la mañana, en una de las estrellas de la revuelta. La revista inglesa Time Out llegó a relacionar Arhal en tercer lugar en un ranking de las canciones que cambiaron el mundo, al frente de Imagine, de John Lennon. Al ensayar los primeiros acordes, sin embargo, el cantor de 24 años no tenía ni idea de que iba a cambiar la historia de su país.
"Apenas transformé en canción los eslogans de las protestas de la Plaza Tahir", dice Essam con modestia. "Me quedé sorprendido con la reacción de las personas. Era la primera vez que cantaba para un público tan grande."
A pesar de su inglés precario, Essam prefiere hacer la entrevista por teléfono, para que se pueda captar "sus verdaderos sentimientos". El cantor, que lanza su primer álbum, Manshourat, el dia 12 de abril, entrenó el idioma después de hacer una gira por Inglaterra y Sudáfrica.
El comprometimiento de Essam le rindió fama y premios internacionales, como el Freemuse, dedicado a las mayores figuras en la lucha por la libertad, pero también se cobró precios altos. En el fatídico Miércoles Sangriento, fecha en que las fuerzas del régimen apretaron el cerco sobre los manifestantes, Essam fue alcanzado por piedras en la cabeza. Esa misma noche, hizo una presentación histórica con el rostro cubierto de gasas, delante de una platea repleta también de cicatrices y heridas. En marzo de 2011, cuando participaba de una protesta más después de la caída de Mubarak, Essam fue secuestrado durante cuatro horas por el gobierno militar de transición, que aún se mantiene en el poder. Ahora, estaba en el lugar equivocado, a la hora equivocada.
"Ellos me lastimaron feo. Saltaron en mi espalda, me quitaron mi ropa, cortaron mi cabello y me golperaon en la cabeza. Después me pegaron con varas y me torturaron con choques eléctricos", cuenta con voz calma, sin perder el humor: "Me habían reconocido, y creo que no eran muy fans de mi música."
A pesar del trauma, Essam no se desanimó. En una provocación a los militares, expuso en internet fotos de su cuerpo torturado y volvió a cantar en la Plaza Tahir. Como buen cantor de protesta, precisó adaptar su música al nuevo contexto político. Su primera presentación después de la fama mostró la agilidad con que es capaz de capturar las ansias del momento: pocos días después de explotar con Arhal, Essam estaba en el escenario pronto para entonar su hit. La masa da Plaza Tahir, sin embargo, intervino a los gritos - había llegado la noticia de que Mubarak acababa de renunciar. El cantor precisó de dos minutos apenas para componer una nueva letra sobre el Egipto pos-Mubarak, y presentarla para la platea en éxtasis.
"Hoy puedo decir que la música política hizo mi carrera", admite el cantor. "Creo en la revolución a través de la música y creo que es una honra para cualquier artista ayudar a iniciar una revolución. Antes, creía que tenía límites, pero después de lo que pasó, perdi el miedo. Espero que a partir de ahora más músicos en el país puedan hablar sobre lo que sienten en el corazón."
Con la caída del dictador, cambiaron los focos de protesta. El nuevo desafio es formar un estado civil. En 2012, hubo nuevas manifestaciones, nuevos muertos, nuevos problemas. La masa pasó a reunirse enfrente a la sede del gobierno militar, exigiendo la liberación de los presos políticos y clamando por reformas. Ahora, Essam escribé refranes sarcásticos sobre el régimen provisorio y canta sobre los males cotidiano: la falta de pan, libertad, justicia social.
"El régimen actual robó nuestra revolución", evalúa. "Nuestro sentimiento es de que precisamos una nueva revuelta. No se cuando será, si este año o dentro de diez años. En la primera revolución, no teníamos experiencia, pero ahora estamos más fuertes. Si insisten en quitarnos nuestra libertad, seremos millones en la plaza nuevamente."
Essam es la prueba y la esperanza de que un nuevo Egipto está naciendo. El propio cantor admite que, antes de la revolución, los artistas no podían decir lo que dicen hoy. La libertad, sin embargo, todavía es limitada, y se restringe principalmente a internet, donde Essam afirma que puede cantar "sobre casi todo". Cuando es indagado sobre qué quiere para su país, es sucinto: "Sólo queremos derecho a casa, comida y libertad."
Pan de la Libertad por Ramy Essam
Si quieren descargar los subtítulos en español para arreglarlos