Los políticos argentinos la tienen clara:
Pero a la historia antigua se superpone en Chaco una nueva. Las numerosas familias wichis y tobas que viven en el Impenetrable, en ranchos de adobe, paja y piso de tierra, solían vivir de la caza y de la pesca, en un espacio determinado por un tiempo, y luego migraban hacia otro lugar, para dejar descansar el monte y que los recursos naturales se fueran reponiendo; pero ahora, por el desmonte excesivo, ya no pueden alimentarse. El Impenetrable ha sufrido la tala de muchas hectáreas -destinadas a las plantaciones de soja- con la consiguiente extinción de las especies animales y, por lógica consecuencia, la desaparición de comida para estas familias indígenas. Como se ve, hablar de exterminio de un pueblo no es estar equivocado.
Nota del diario La Nación, Argentina
Una hora después, en el camino hasta Juan José Castelli –población de 30 mil habitantes que se autocalifica “Portal del Impenetrable”– la desazón y la rabia se perfeccionan al observar lo que queda del otrora Chaco boscoso. Lo que fue imperio de quebrachos centenarios y fauna maravillosa, ahora son campos quemados, de suelo arenoso y desértico, con raigones por doquier esperando las topadoras que prepararán esta tierra para el festival de soja transgénica que asuela nuestro país.Entramos –nuevamente por atrás– al Hospital de Castelli, que se supone atiende al 90 o 95 por ciento de los aborígenes de todo el Impenetrable. Lo que veo allí me golpea el pecho, las sienes, los huevos: por lo menos dos docenas de seres en condiciones definitivamente inhumanas. Parecen ex personas, apenas piel sobre huesos, cuerpos como los de los campos de concentración nazis.
Artículo de Mempo Giardinelli sobre lo que está sucediendo en el Chaco hoy
El desequilibrio ambiental que ha causado la expansión de la soja es la causa de que la provincia pase de las sequías extremas a las inundaciones masivas y de ellas nuevamente a la sequía. Los hechos han dado razón a nuestras previsiones. El Impenetrable es sólo recuerdo y sus últimos jirones se rematan impunemente por Internet… La población campesina que permanece en sus pueblos misérrimos, no tiene acceso a la tierra ocupada por la soja y permanece desempleada de la agricultura, viviendo de planes sociales y bajo la permanente agresión de las aerofumigaciones. A los chaqueños solo les queda emigrar a los cinturones de indigencia que rodean la ciudad de Resistencia o a los bolsones de miseria del Gran Buenos Aires.
El Chaco es una provincia que agoniza en sus ecosistemas devastados. Una provincia que agoniza asimismo bajo la tiranía corrupta de una corporación política tan, pero tan inepta, que contra toda lógica, deja extinguir el propio territorio y la propia población a la que desde hace décadas explota sin misericordia. Sin embargo, resulta aún más demencial todavía, que la crucifixión ambiental, económica y social del Chaco no les baste a los sojeros y a los funcionarios cómplices que han atado el Destino argentino a un modelo de país exportador de forrajes. El viernes 21 de abril, en la localidad de Presidente Roque Sáenz Peña, la Facultad de Agroindustria local, la UNNE o Universidad del Nordeste, el INTA de Sáenz Peña, la UTN de la Provincia junto a la Senadora radical Alicia Mastandrea, han promovido abierta y obscenamente la producción de Biocombustibles, como una nueva e importante alternativa económica para el Chaco.
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Pretenden ignorar a esas poblaciones asoladas por el hambre, víctimas del pecado de olvidar que la tierra es el medio para producir el pan que el hombre necesita, y nunca una fábrica de cultivos industriales o de combustibles. Esa es nuestra miserable corporación política, aferrados a sus gestos coloniales, son incapaces de aprender o de renovarse y ante el fin de la Era del Petróleo, pretenden reemplazar la agricultura por los Agronegocios, y apostar al Capitalismo globalizado de la Soja, ya sea como forraje o como combustible… No solo ignoran la propia tragedia chaqueña, sino que también pretenden ignorar y eludir las responsabilidades del Cambio Climático planetario al que han aportado generosamente con sus extensos monocultivos y sus residuos dejados a cielo abierto, con la quema de montes para extender la frontera de la sojización, con los gases producidos por el cambio en el uso del suelo, sus emisiones de metano y los innumerables venteos de gas en los pozos de petróleo.
La catástrofe ambiental de la provincia del Chaco y las propuestas de fabricar biodiesel con la soja 02-05-06,
El exterminio que no queremos ver
Mientras ayer la Corte Suprema de la Nación recibía a los aborígenes chaqueños que reclaman soluciones a las autoridades ante la total ausencia de políticas de asistencia a sus comunidades, el Centro de Estudios Nelson Mandela informaba de la muerte número 20 en el Chaco, en lo que va del año.
Ernesto Andrada, un niño de la comunidad wichi de tan sólo 3 años, falleció de hambre y la falta absoluta de atención sanitaria. Hasta los dos años, Ernesto tomaba leche que la familia recibía de las autoridades. Pero cuando interrumpieron la entrega y ante la falta de comida, el bebé llegó incluso a comer tierra. Actualmente ni sus padres ni sus seis hermanos reciben ninguna ayuda.
La muerte de Ernesto ocurrió una semana después de la de Valentina Oriburo. Esta beba de 21 meses, falleció de tuberculosis y severamente desnutrida.
Esta misma dramática situación de falta de ayuda oficial la viven más...
...de 30 comunidades aborígenes de la provincia norteña. Suman más de 60.000 que representan casi el 10% de la población chaqueña y comprenden las etnias tobas o qom –la más numerosa-, wichís y mocovíes.
Todo el artículo del diario Clarín.
Esa es una peqeña muestra de lo que harán los políticos con los biocombustibles.
Sepamos que pasa y veamos si podemos oponernos a un modelo que nos lleva al desastre.
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