El problema no es la pobreza
Pável Uranga
Por años, los gobiernos, los organismos  internacionales, los grupos empresariales nos han dicho y hemos creído  ciegamente que "la pobreza es un problema" o, doctrinarios de la  economía New Deal en 1933, como Franklin Delano Roosevelt, se inventaron  la idea que "los pobres son el problema" y no los grandes empresarios o  nuevos millonarios que acaparaban cada vez más capital. ¿Pero son los  pobres el problema o la desigual acumulación del capital y su perniciosa  distribución?
Vayamos a la raíz, un poco atrás, para entender cómo  se construye este discurso global que nos desmaterializa, en el sentido  literal de quitarnos la materialidad, la propiedad, el ser.
En la Europa medieval, los poderosos habían logrado  sistemáticamente desmontar las comunas autónomas y depredar su medio  ambiente, llenando de miseria a sus pobladores al grado de que cuando se  lanzan a buscar “nuevos mercados” al oriente, lo hacen en medio de la  desesperación económica, hambrunas, pestes y cientos de guerras  intestinas. Así, hambrientos, miserables, muchos de ellos delincuentes,  en medio de una avaricia feroz –no vista aún en esta parte del mundo, el Abya Yala–, llegan a robar1:  españoles, portugueses, ingleses, holandeses, alemanes, belgas,  franceses, italianos y otros vestidos de nobles, en nombre de sus  patrones, las reinas y los reyes. Pronto, muy pronto, convirtieron  América Latina en un territorio similar al europeo: hambre, miseria,  depredación extrema, expoliación y esclavitud fueron el legado de Europa  a América, esa fue su “civilización”2.
La nueva riqueza europea, el crecimiento, el  “desarrollo”, y la "civilización" cristiana se financiaron con la sangre  de la gente de este lado del mundo. Si hubiera tribunales justos en el  mundo, los reyes sobrevivientes, herederos y beneficiarios del  latrocinio regresarían a nuestros países, con intereses, lo robado y la  cultura que nos fue arrancada a la fuerza.3 Claro que no es

El caso es que la pobreza como problema incómodo,  empezó a gestarse como idea desde que se fundó el estado moderno, es  decir, desde que los grades capitales sustituyeron a los señores  feudales. Las mismas prácticas de sojuzgamiento, esclavitud, ultraje y  explotación siguen hasta nuestros días, matizadas por las normas legales  (pensadas desde el poder), pero siempre patrocinadas por el mismo nivel  de rapacidad económica sin freno. Desde ese mirador, la falta de  recursos económicos, la insolvencia o el hambre incomodan si se le mira.
 
Claro que siempre se puede, sin problemas, demostrar  con indicadores económicos verificables, que las grandes fortunas y los  estados europeos crecieron y siguen creciendo gracias una "capacidad  superior intelectual de inversión" y no de la explotación de recursos  naturales y fuerza laboral de millones de gentes que carecen de  solvencia económica para sobrevivir sin la miseria que les pagan como  salarios. Inclusive, se hace discreto mutis cómo estas riquezas no  serían posibles sin y aún dependen de la pobreza de los "otros".
En otras palabras, simple, la ambición y la  indecencia de la avaricia sin freno es lo que genera pobreza, aunque se  lo asigne como problema de los indigentes, de su “incapacidad” de tener  educación de élite, liquidez financiera y cuentas de banco, créditos o  empleos. Antes incluso les gustaba llamarse a sí mismos ricos, hoy  prefieren ser llamados “los mercados”, para despersonalizar y parecer  menos inmoral el saqueo de nuestros días.
Y los organismos internacionales cooperan, todos a la  par. La CEPAL acompaña la iniciativa del Banco Mundial de la  disminución de la pobreza y fija, junto a la OIT4 un  “piso” social “aceptable” para establecer algunos campos de pobreza. La  OIT, fija un “ingreso mínimo” para ser considerado empleado: tan solo  un dólar al día. Quien gane un dólar al día, ya no está considerado  desempleado, por lo tanto, es “menos pobre”, o un pobre aceptable,  aunque ese dólar no alcance ni para alimentarse él mismo, peor a su  familia.
Los gobiernos de la derecha latinoamericana, y ahora  los de izquierda, hacen su aporte para disminuir “la pobreza”,  establecen bonos de pobreza, o bonos de desarrollo, o con el nombre más  atractivo o rentable electoralmente que sirva. El "buen gobierno" marca  un depósito mensual de 35 dólares, en el Ecuador por ejemplo, que  divididos entro los 30 días del mes, dan un promedio diario de $1.17  dólares. Y aquí la llamada pobreza de los estados empieza a "cambiar", o  los países “demuestran a los organismos internacionales que "tienen  menos pobres" y que estamos saliendo del "subdesarrollo". La fórmula es  simple, menos costosa, que enfrentar a los dueños del gran capital o  frenar su depredación, y además da votos o clientela política.
 
Así, declarativamente, en los escritorios de los  señores del capital, se simula que se atiende las causas que generaron  la pobreza, y se “rellenan” indicadores económicos, que señalan sin  duda, que los países son menos pobres… pero la gente se sigue muriendo  de hambre, sigue desempleada con su dólar quince en la bolsa (el bono  alcanza siempre para más del 40% de la población, irónicamente llamada  “económicamente activa”5)
Entonces, por arte de magia, nuestros gobiernos, el  estado nación que nos “cobija”, deja de aparecer en los indicadores  globales de pobreza, obtiene más créditos –o sea le debe  más plata al gran capital– y puede “desarrollarse” explotando sus  recursos naturales hasta que estos se acaben. De ahí, los fondos  económicos que genera esta explotación terminan en las cuentas de banco  de los que están en el poder, generando más ricos. Es decir, salir del  "subdesarrollo" no es deshacerse de los pobres (de los que la riqueza  depende), sino en generar más ricos a nivel mundial.
Esta fórmula también funciona en los países del  norte, donde se crean medidas de austeridad para desfalcar a las clases  media y baja, para proteger a los ricos y generar más pobres. A la par,  las empresas más ricas, las McDonalds, los Walmarts, "ayudan a erradicar  la pobreza" ofreciendo empleos a un sueldo mínimo, justo por encima de  los indicadores de pobreza, mientras protegen sus cuentas en paraísos  fiscales6. ¿Es entonces la pobreza el problema o  la ambición desmedida, la voracidad financiera del gran capital, la  comercialización de todo, lo especulativo y lo concreto, hasta de  nuestra información genética?
Al final, está claro, el problema no es la pobreza,  el problema es la riqueza y su fiel servidumbre en los gobiernos  nacionales. Unos dicen apoyar a los pobres y lo que apoyan es a que  siempre exista mano de obra barata. Otros dicen rechazar a los ricos, y  terminan asignándoles –o apoyando que se queden con– las  rentas de la riqueza nacional. En algunos gobiernos de izquierda, los  mayores beneficiarios son las viejas familias de ricos, aunque  declarativamente juren que son enemigos de los ricos.

El problema también es el modelo y la mediocridad de  creer que “el desarrollo” y la expoliación extractivista, empobreciendo  a la naturaleza, son la solución. Con esta fórmula precapitalista se 
pretende  entrar al siglo XXI en el caballo de un  contrasentido ético: el  llamado socialismo liberal, también conocido  como capitalismo humano.
 
 
1  Incluso   llegaban a robarse entre ellos, se emboscaban en alta mar, y con  barcos  piratas se despojaban unos a otros de los botines robados a los  pueblos  de América. A estos piratas que robaban a otros europeos, se  les premió  con títulos de “nobleza”, parte de lo robado, y “patentes de  Corso”, o  simples permisos para robar.
2 Un civilizador contemporáneo, el Cardenal Federico Lunardi, nuncio o embajador del Papa Pío XI 
–el Papa que bendijo a los nazis durante la segunda guerra 
mundial-,   este embajador estuvo en Honduras, y pretextando interés en la cultura   nacional, se apropió en pleno siglo XX, de toda la riqueza  arqueológica  del pueblo Lenca en el Occidente de Honduras, 
robó-sin exagerar- todo, y puso un museo familiar en Génova, Italia. Hoy, para conocer la herencia cultural de ese pueblo 
–que no fue maya ni 
náhuatl-, hay que visitar ese museo, porque en Honduras no se conserva nada.
 
3  Por   ejemplo, un contemporáneo: Juan Carlos I de Borbón, “rey” de España,   llega a su país después del golpe de estado fascista de Francisco   Franco, colaborador de Hitler y Mussolini. Franco, educa al rey y lo   prepara para “gobernar” y a la muerte de este, Juan Carlos asume plenos   poderes. Su partido político, la
 
políticamente  correcto, ni “bien visto” hablar de  tales eventos; es como dicen los  ricos, de “mal gusto” hablar del origen  de “su” fortuna.
Falange  Española Tradicionalista, a la muerte de  Franco se convierte en el  Partido Popular (PP), actualmente en el poder.  Este PP protege los  crímenes y latrocinios de Franco y el rey.
4 CEPAL: Comisión Económica para América Latina; OIT: Organización Internacional del Trabajo.
 
5  Es  más rentable, o menos caro, “regalar” subsidios a la pobreza, que  generar empleos, es decir, pagar $35 dólares al mes por cada familia  pobre, que pagar salarios mínimos cercanos a los $250 dólares mensuales  por cada trabajador. En el caso de México, los pobres ha sido ocultados  por las cifras oficiales, pero rebasan el 70% de la población.
 
 
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