Aplicación de agroquímicos y Salud
Fuente Reduas
A propósito de un caso
Los médicos que estamos estudiando y denunciando los efectos de los agrotóxicos sobre la salud humana recibimos muchos pacientes derivados por colegas, o que nos llegan por recomendaciones de amigos o compañeros. La mayoría son historias dramáticas generadas en contextos evitables. En esta oportunidad me siento en la necesidad de relatar la situación de CJ y su señora MB.CJ tiene 38 años, vive en un pueblo agrícola a 20 km de la ciudad de Córdoba, siempre fue peón rural, afiliado a UATRE y trabaja desde hace 15 años aplicando agrotóxicos con equipos terrestres.
Según nos cuenta con alegría, por fin ha podido cambiar de trabajo y abandonar la agroaplicación. Quiere conocer cuál es el nivel de afectación a su salud generada por su actividad. Periódicamente se le realizaban análisis de colinesterasas por su ART, pero a pesar de haber solicitado por nota los resultados, nunca pudo conocerlos. Se sentía enfermo, aunque los patrones le decían que estaban bien.
No fuma ni bebe; al igual que su hermano con el que compartía el trabajo y quien padece enfermedad pulmonar obstructiva crónica muy severa y recibe oxigenoterapia continua domiciliaria.
CJ tiene diagnostico de diabetes tipo 2 desde hace 10 años (a los 28 años de edad) cuando llevaba 5 años de aplicar agrotóxicos en forma sistemática y masiva. Su IMC es de 23 (no tiene sobrepeso), étnicamente seria blanco europeo, no tiene antecedentes familiares de diabetes ni HTA. Está medicado con hipoglucemiantes orales.
Presenta también lesiones eczematosas en miembros, que se agravaban con ciertas aplicaciones (clorpirifós).
Trae algunos resultados de laboratorio que refieren daño hepático moderado, se profundizara el estudio de su función hepática y pancreática.
CJ trabajaba para productores con 2000 ha., de una zona sojera de Córdoba, (también explotan 5000 ha. en Santiago del Estero). Nos cuenta que desde septiembre a marzo realizaba, por lo menos, dos aplicaciones por mes a la totalidad del campo; al principio con 2.4D y glifosato y luego a los herbicidas le iban agregando insecticidas y fungicidas, generalmente clorpirifós, profenofós y alfacipermetrina. El clorpirifós era el que más lo afectaba a pesar de los equipos de protección. Cada año aplicaba más kilos/litros de productos en las mismas parcelas.
Fuera de temporada de soja sabia trabajar en parcelas con 300 ha. de papa a las que aplicaba venenos con equipos de arrastre quedando muy “impregnado” por los productos; a la papa le realizaba entre 12 a 16 aplicaciones. En esta zona los patrones no usaban fumigación aérea, pero si lo hacían en Santiago del Estero.
Su esposa, MB, es maestra, tiene 34 años y dos hijos de un matrimonio anterior, hace 8 años que esta con CJ, es sana no toma medicamentos ni fuma, su IMC es de 24,3 y refiere dos abortos espontáneos y un tercer embarazo con parto prematuro con muerte neonatales en los últimos 5 años. Tiene estudios bastantes completos y normales de ginecología y fertilidad.
Comentarios: estamos en presencia de una pareja altamente expuesta a agrotóxicos. El daño hepático(1) y la diabetes tipo 2 de CJ son plausiblemente explicables por su actividad profesional; de hecho en el estudio de salud agrícola norteamericano, el 3,8% de los 31000 participantes desarrolló diabetes al cabo de 5 años(2) y las dificultades reproductivas también se encuentran descriptas como una de las manifestaciones más frecuentes causadas por la exposición a estos venenos(3). Recordemos que relevamientos realizados por el equipo de la Dra Aiassa de la UNRC muestran que el 19% de las mujeres en edad fértil de pueblos fumigados tuvieron uno o más abortos espontáneos en los últimos años(4).
CJ no tiene interés en demandar a sus ex patrones por su situación médica, sí aspira a que la ART pueda protegerlo si requiere estudios y tratamientos. A nosotros nos preocupa su diabetes, creemos que tiene riesgo aumentado para cáncer de páncreas, porque se asocia con diabetes un 15% de las veces y ahora sumamos el riesgo por contaminantes químicos(5), y los médicos de los pueblos fumigados detectan un aumento de este cáncer. Solicitamos más estudios para completar el análisis del impacto.
Antes de terminar la entrevista la Sra. MB quiere consultarme otra cuestión más íntima: me dice que CJ ha perdido el deseo sexual. El escucha callado y luego me explica que todos los días lo único que quería era regresar a su hogar sacarse toda la ropa, bañarse y alejarse de los tóxicos; que la quiere, que le sigue gustando…pero que no tiene deseo, que ella le increpaba preguntándole si ya no le gusta más, pero que no le responde porque le gusta, pero no sabe qué le pasa ni que hacer…
Comentario: Un trabajo del Dr. Oliva publicado en J. Andrology muestra que el riesgo de disfunción sexual es más frecuente con la exposición a agrotóxicos en Santa Fe y Entre Ríos(6) y abundan informes sobre esta alteración y pesticidas.
Terminamos la entrevista indicando a la pareja 5 mgrs de acido fólico por día; les explicamos que alejados de la exposición era de esperar una mejoría de todos los síntomas, inclusive en su capacidad sexual y reproductiva. Concertamos una próxima reunión, y quedamos en continuar monitorizando su situación y acompañándolos en esta encrucijada.
Cuando la pareja se aleja de nuestro consultorio en el Hospital Nacional de Clínicas, quedamos con la sensación de la desgracia anunciada pero que esperamos con ingenuo optimismo que nunca suceda.
Desafortunadamente los datos que recogemos de las investigaciones científicas y los informes de los médicos de estas zonas, que parecen solo enunciados, solo abstracciones discursivas, se convierten en realidad cuando una pareja como esta te relatan su periplo y uno ve como se van concatenando un impacto en la salud con otro y con otro de una manera que sabemos, pero que siempre deseamos que no se de, que no sea real.
Desastrosamente esto es así, ojala no lo fuera, ojala el glifosato se disolviera al tocar la tierra o nos pudiéramos tomar un vaso completo de Roundup sin ningún daño… como nos mintieron durante tanto tiempo, pero no es así. Los venenos son venenos y enferman y matan a la gente.-
1. Singh S, Kumar V, Thakur S, Banerjee BD, Chandna S, DNA damage and cholinesterase activity in occupational workers exposed to pesticides. Environ Toxicol Pharmacol. 2011 Mar;31(2):278-85. Division of Biochemistry & Biotechnology, National Centre for Disease Control (Formerly NICD), India. 2. Montgomery MP, Kamel F, Saldana TM, Incident diabetes and pesticide exposure among licensed pesticide applicators: Agricultural Health Study, 1993-2003. Am J Epidemiol. 2008 May 15;167(10):1235-46. Epidemiology Branch, National Institute of Environmental Health Sciences, National Institutes of Health, Department of Health and Human Services, Research Triangle Park, NC, USA. 3. Sanborn M, Kerr KJ, Sanin LH, Cole DC, Bassil KL, Vakil C Non-cancer health effects of pesticides: systematic review and implications for family doctors. Can Fam Physician. 2007 Oct;53(10):1712-20. McMaster University in Hamilton, Ont. Canada. 4. Gentile N, Mañas F, Peralta L, Aiassa D; Encuestas y talleres educativos sobre plaguicidas en pobladores rurales de la comuna de Río de los Sauces, Córdoba. Revista de Toxicología en Línea http://www.sertox.com.ar/img/item_full/30004.pdf 5. Andreotti G, Freeman LE, Hou L, Coble J,. Agricultural pesticide use and pancreatic cancer risk in the Agricultural Health Study Cohort. Int J Cancer. 2009 May 15;124(10):2495-500 Division of Cancer Epidemiology and Genetics, National Cancer Institute, National Institutes of Health, Bethesda, MD, USA. 6. Oliva A, Giami A, Multigner L Environmental agents and erectile dysfunction: a study in a consulting population. J Androl. 2002 Jul-Aug;23(4):546-50. Unidad de Andrología, Hospital Italiano Garibaldi, Rosario, Argentina. Dr. Medardo Avila Vazquez Red Universitaria de Ambiente y Salud – Médicos de Pueblos Fumigados Córdoba, Mayo 2012 Fuente Reduas
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