De "Pobre Mundo Rico":
El poder de los medios y su falta de independencia
A este respecto Cassen acusó por una parte la ausencia de crítica de los medios ante el exceso y concentración de riqueza de la clase superior: “Los grandes medios son actores de la globalización y vectores de su ideología”. Y por otra su poder: “El poder mediático no es el cuarto poder, forma parte del poder económico y del político”, apuntó.
Expuso así el caso francés, en el que tres cuartas partes de los medios pertenecen a tres personas (grupos): dos de armamentos y uno de obras públicas. Señaló así la necesidad de la independencia de los medios, de “operar una lucha por los derechos democráticos en una situación en la que el poder está concentrado en tan pocas manos”, y señaló a este respecto medidas anticoncentración que limiten la participación de empresas en el capital de los medios.
A modo de resumen concluyente, Bernard Cassen hizo hincapié en la necesidad de luchar contra las desigualdades para lo cual “tenemos que luchar contra el poder de los medios, enfrentarnos a los gobiernos y ser educados en la crítica”.
De una entrevista a Eduardo Subirats:
Lo que distingue intelectualmente una elite no es el poder político o institucional de la clase que sea. El poder institucional define la burocracia, el intelectual orgánico o la estrella literaria. Lo que distingue una elite intelectual en un sentido estricto no es el poder político, sino la capacidad de desarrollar una crítica, de crear una forma de ver, de pensar y de ser, reside en la fuerza reformadora y transformadora de los lenguages y la conciencia de una sociedad.
En este sentido, hoy vivimos en una era antielitista, un antielitismo que se cree democrático, pero en realidad une lo peor de la herencia anti intelectual de los viejos facismos. Vivimos en una era en la cual el papel educador y orientador de estas elites intelectuales ha sido tomado y
monopolizado por el burocrata académico, por la estrella de los medios, por el agente editorial, por el administrador político.
Y sobre los cambios culturales en la democracia o la transición a ella en varios
países:
El cambio cultural y artístico en América Latina también tiene, en su opinión, una correspondencia con lo político y lo social?
Las transiciones democráticas de los años 80 no trajeron un cambio cultural verdadero en América Latina, ni en los países del Este Europeo, ni en la Península Ibérica. Lo que trajeron es la americanización de casi todos los aspectos de la cultura, desde las bibliografias académicas hasta los McDonald’s, pasando por el maíz y la soja transgénicas. Se puede hablar de cambio frente a una obra como la de Niemeyer o Burle Marx, o frente al pensamiento de Darcy
Ribeiro o Guimarães Rosa. Ellos señalan un cambio porque dividen un antes y un después. Son obras que abren una perspectiva artística, intelectual y social nueva. Hoy vivimos un gran vacio, un enorme nihilismo y una terrible angustia frente al futuro.
Entonces, seamos concientes, tengamos pensamiento propio, ¿tiene sentido decir "Pensamiento Crítico"?, ¿existe pensamiento "no" crítico?.
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