"Mantenía a duras penas y con largas e intensas jornadas de trabajo a su mujer y sus cuatro hijos, sujeto a sus editores no por un porcentaje sobre ejemplares vendidos, según hoy se acostumbra, sino por un jornal escaso. Su contrato con Donath, su primer editor, le obligaba a entregar tres novelas anuales por un estipendio de 4000 liras, que apenas llegaba para sufragar sus gastos domésticos.
Buscando un respiró en su apretada (e injusta) situación económica, en 1906 se había decidido a romper con Donath para acogerse a una más sustanciosa oferta del editor florentino Bemporad, que se comprometía a doblar sus honorarios. La jugada resultó desafortunada, pues Donath denunció por incumplimiento de contrato a Salgari.
Condenado a indemnizarle con 6.000 liras, nuestro pobre escritor aún salió perdiendo.
La única solución para su cada vez más apurada situación era forzar su maquinaria creativa, produciendo novelas a mayor velocidad, sin concederse ni tiempo para revisar lo escrito. En estas circunstancias publica Las maravillas del año 2000, junto a otra treintena de novelas que escribirá de 1906 hasta su muerte; obras de bastante menor originalidad que las precedentes, y en su mayoría prolongaciones de los ciclos novelescos de sus héroes más famosos, como Sandokán.
En 1909 se produce un primer intento de suicidio, que conseguirá consumar en 1911. La carta que dejó para sus editores es bastante explícita:
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