martes, 16 de diciembre de 2008

Viaje a España-Nuestras cárceles lo esperan!!!


Sobre lo que sucedió con Leandro Pazos, músico argentino que cumplía con todos los requisitos que España solicita para entrar como turista en el país:

Leandro Javier Pazos, un argentino de 26 años, músico de profesión,
recibido y profesor en la Escuela de Música de Buenos Aires viajó el
domingo 9 de noviembre
a Barcelona con la intención de permanecer un mes, recorrer algunos
lugares y hacer conocer su música (no trabajar, sino tocar con otros
músicos, participar como invitado en el City Hall, grabar y tener
audiencias para dar a conocer lo que hace con su batería electrónica
(música electrónica totalmente en vivo, sin samplers ni pistas) con la intención de generar un próximo viaje. Contaba con pasaje de regreso para el 15 de diciembre. Llevaba el dinero necesario, tarjeta de crédito, asistencia médica, etc.

En el Consulado español en Bs. As. le habían informado (personalemente y por dos veces) que sólo necesitaba una reserva de hotel (sin especificar tiempo). Tenía previsto quedarse en casas de amigos. Lo detuvieron en el aeropuerto, interrogado agresivamente hasta en los
más mínimos detalles y luego privado de su libertad hasta el sábado siguiente que saldrá un vuelo de regreso a Argentina.

Luego de un proceso sumarísimo, donde la jueza no lo dejó hablar, sino solo contestar preguntas que ella le formulaba decidió su repatriación. A pesar de que un amigo, ciudadano español se hizo presente en la audiencia para ofrecer su aval que garantizaba el regreso en fecha de Leandro, quien jamás tuvo en mente quedarse a vivir ni permanecer un día más en España que el que indicaba su pasaje de regreso.
Está alojado en un lugar de detención bajo régimen carcelario, con horario para levantarse, dormir, entrar y salir de una celda con rejas que usan como dormitorios, visitas limitadas a dos horas por día, etc.
A pesar de las gestiones del consulado argentino, quienes calificaron de arbitraria e injusta la situación, permanece así, viendo frustrados sus proyectos, sus ilusiones, el dinero ahorrado con esfuerzo para costearse el viaje y el amargo sabor de la injusticia y el avasallamiento de sus más elementales derechos humanos.
--


LA HISTORIA .
Leandro Javier Pazos es músico. Recibido en la Escuela de Música de Buenos Aires, donde actualmente también dicta clases. Es baterista. Estudió con Norman Cilento, Sergio Verdinelli, Ernesto Jodos, Juan Cruz de Urquiza, etc. Integra varios grupos de jazz, música electrónica, hip hop y percusión. (puede verse en: leandrosteps@myspace.com.ar).

Había programado un viaje a Barcelona, aprovechando un hueco de poco más de un mes del que pudo disponere dentro de sus actividades. Antes de viajar, concurrió personalmente al Consulado español en Buenos Aires a solicitar información sobre los requisitos necesarios para ingresar a España. Allí le informaron lo que se exigía. No habiendo quedado conforme con la diligencia de quien lo atendió, decidió volver al día siguiente a ratificar la información recibida, especialmente, en lo referido a la necesidad o no de la llamada "carta de invitación". Con respecto a ello, se le indicó que no era necesaria si tenía una reserva de hotel. Al preguntar por cuánto tiempo, le dijeron que no estaba especificado. Por lo cual reservó y pagó un día en el Hotel Rialto, a pesar de que no lo necesitaba, ya que iba a pernoctar en casas de amigos.

Más tranquilo por la información, terminó de preparar su viaje y la batería electrónica que iba a trasladar. (Todo ello había sido informado por Leandro a quienes lo atendieron en el Consulado).
El domingo pasado viajó en vuelo directo a Barcelona (AR 1160). Al llegar al aeropuerto, fue interrogado por la Policía de manera agresiva y sumamente inquisitiva, exigiéndole la mencionada "carta de invitación". Respondió que no la tenía, ya que en Buenos Aires el
Consulado español le había informado lo que ya sabemos.

Al exhibir la reserva del hotel, consideraron que no era suficiente, a pesar que llevaba unos 2.000 euros en efectivo, más tarjeta de crédito internacional, cobertura médica, pasaje de regreso, etc.

Intentó que le explicaran qué necesitaban demostrar a través de la carta de invitación, ya que el
podría probar cualquier extremo necesario por otros medios. Pero los severos guardias, solo querían la carta sin poder explicar para que sirve. Inmediatamente fue detenido en una dependencia del aeropuerto.
Mientras tanto se comunicó con un amigo, ciudadano español, donde iba a quedarse, quien se
puso en acción. Desde Buenos Aires, el que escribe, su padre, abogado y funcionario de la Auditoría General de la Nación, se comunicó con la Cancillería, donde obtuvo una rápida reacción; asimismo pudo hablar con el Cónsul Adjunto argentino en Barcelona. Pero, ningún resultado
se pudo obtener.
Al día siguiente lo llevaron ante una Jueza de Instrucción. No le permitieron hacer una llamada antes de salir para comunicarle a su amigo español la dirección y el Juzgado al que concurriría. Hubo que hacer febriles gestiones, ante el preocupado llamado del amigo para averiguar donde lo llevaban. Finalmente el amigo concurrió al Juzgado y habló con la abogada española de oficio que le asignaron a Leandro para ofrecerse de garantía y asumir la responsabilildad que fuere necesaria para asegurar que Leandro permanecería en España sólo hasta la fecha consignada en su pasaje de regreso. (lo mismo que se intenta asegurar a través de la famosa carta de invitación).

Ante esa presentación, la Jueza dijo:
"ya es tarde para eso" y rechazo la petición.
No dejó hablar a mi hijo; sólo que respondiera las preguntas que ella formulaba, negándosele un aspecto sustancial del ejercicio elemental de su derecho de defensa: ser escuchado. A través de su abogada, se solicitó que, al menos, pudiera permanecer bajo la custodia de su amigo español, en casa de éste hasta el sábado siguiente.También negó esa posibilidad.
Cabe aclarar que antes de ser recibido por la magistrada, Leandro debió permanecer cinco horas en un calabozo de 2m x 2m. Afortunadamente estuvo solo, pero podría haber estado en compañía de algún ladrón, homicida o violador.
Ningún argumento ni garantías sirvieron y la magistrada decidió que Leandro debía volver a Argentina. Para ello debía esperar, al menos hasta el sábado siguiente: día del próximo vuelo de Aerolíneas Argentinas. Leandro quiso pagar un nuevo pasaje para volver antes, pero ello también le fue denegado.
Lo trasladaron a lo que llaman "Centro de Internación", un eufemismo catalán para denominar una cárcel. Lo desnudaron, lo despojaron de sus pertenencias.Se encuentra bajo un régimen en el cual debe levantarse a las ocho, bajar al comedor y debe permanecer allí abajo hasta las 14
hs. cuando debe subir a la celda hasta las 16 hs. Luego bajar hasta las 22 hs. en que debe volver a la celda y a las 24 hs apagan la luz.
La celda es para ocho personas y tiene puerta con rejas, igual que al única ventanita en lo alto. Le gritan las indicaciones y debe ingeniárselas para conseguir tarjetas de teléfono. Puede recibir visitas de lunes a viernes de 17 a 19 hs. En las visitas que tuvo, ésta se desarrolló a través de un vidrio y un teléfono, sin poder tener contacto físico con su amigo.
El único que está allí que no ingresó a España es él. Todos los demás son ilegales que ya se encontraban hace tiempo en España y que, luego de dos intimaciones, recién fueron detenidos y llevados allí para ser deportados.
Cuál es el delito que cometió Leandro para haber sido probado de la libertad de esa forma?. Le faltaba un formulario, que podía haber suplido en el momento de la audiencia con la Jueza. (y que en el Consulado le habían indicado que no era necesario).
Ahora esperamos que verdaderamente vuelva el sábado, que no le dañen, ni le roben piezas de su batería electrónica, que es su herramienta de trabajo (ya que no podrá controlar su traslado, a manos de la policía) y que dejen de maltratarlo.
Nunca pensó en quedarse , quería volver en la fecha prevista, pues tenía compromisos en la Argentina y quería pasar las fiestas con su familia. No iba a trabajar, sólo a tocar como invitado de otros músicos, a efectuar audiencias de su temas e interpretaciones artísticas, conocer lugares, conectarse con otros músicos, con quienes había establecido vinculaciones previas por Internet.
Iba a tocar como invitado en el City Hall, iba a tener un reportaje en una radio de Madrid; iba a visitar un músico francés en París que lo invitó a su casa. Nada más.
Las autoridades españoles lo humillaron, lo vejaron, abusaron de sus derechos, lo trataron como sudaca indeseable, le pincharon sus ilusiones, sus proyectos.
La sensación de bronca, angustia, impotencia que deja esto es enorme.
Hace un rato me llamó por teléfono (soy su padre). No sabía como hacer porque no le quedaban más tarjetas. Mientras hablaba conmigo sentí que le gritaban y de pronto se colgó el teléfono. Hace de esto una hora.
No sé lo que pasó allí.
Lástima que las autoridades españolas no recuerdan cuando los españoles (noble pueblo) dependieron de la ayuda Argentina para poder subsistir. El bisabuelo de Leandro, oriundo de Galicia lloraría de impotencia y de bronca de poder ver lo que sus compatriotas están haciendo.--
José María Pazos



0 comentarios:

Publicar un comentario